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¿Qué pasa con las piezas de un vehículo siniestrado? Así las recicla Mapfre
Las aseguradoras también pueden convertirse en referentes en sostenibilidad. A través del reciclaje, Mapfre se ha convertido en un ejemplo en su sector
Siniestro total. En la jerga aseguradora, sucede cuando la reparación de los daños ocasionados en un vehículo no es viable, técnica o económicamente. En otras palabras: el coche ya no es funcional y ni siquiera conviene intentar arreglarlo. Pero, ¿qué pasa con las piezas que lo componen? ¿Adónde van las que no sirven para venderse? Y, especialmente, ¿se reciclan?
Nos adentramos en Cesvimap, el centro de I+D de Mapfre situado en Ávila, un complejo especializado en la reparación y el reciclado de vehículos, entre otros servicios, que se ha convertido ya en una referencia en cómo cerrar el ciclo de vida de los vehículos de una manera sostenible, alargando la vida de las piezas y facilitando la reutilización de materias primas, como el plástico o el cristal.
Conviene hablar de cifras. En 2022, esta entidad trató un total de 1.847 vehículos fuera de uso, de los que ha recuperado 54.485 piezas para su reutilización en diferentes mercados. Un reto, este, que contribuye a acalzar uno de los objetivos que la compañía se ha marcado a través del Plan de Huella Ambiental 2030, que aspira a aprovechar el 84% de los residuos que genere en los países donde opera para 2024, y el 90%, para 2030.
No es la única meta de este centro tecnológico, donde también ha puesto en marcha «Second Life», un proyecto que inició en 2021 y que permite recuperar baterías de vehículos eléctricos declarados pérdida total y darles un segundo ciclo de vida. Participa, además, en el proyecto Batraw, dentro del programa Horizon Europe, que le permite crear procesos de montaje y reparación de baterías eléctricas, diagnosticar el estado de salud de las mismas y determinar si los módulos que las componen sirven para transformarse en una batería de soporte para un requerimiento mínimo de energía o para un vehículo eléctrico en entorno urbano.
Reducir la huella
El año pasado, la aseguradora generó un total de 3.318 toneladas de residuos en todo el grupo. De ellas, 3.071, un 93% del total, se sometieron a procesos de valorización. Es decir, de recuperación, reciclado y producción de energía. Entre sus principales hitos en 2022, destaca haber evitado el consumo de 191 toneladas de papel, gracias a la firma electrónica biométrica. Con esta medida se han evitado la emisión de 166,75 TmCO2eq en España y Portugal. Además, la aseguradora ha reutilizado el 77% del total de los residuos de sus equipos informáticos, ha donado unos 24.750 kilos y ha reciclado 289 toneladas de residuos en varios edificios de Madrid, lo que representa cerca del 100% de los residuos que genera la entidad en su sede corporativa, en España.
Este último logro ha sido posible gracias al proyecto «Residuo Cero» un certificado que Mapfre obtuvo por segundo año consecutivo y que Aenor concede a las entidades que clasifican los residuos que generan para que puedan reutilizarse o reciclarse. La compañía ha implantado este modelo de gestión por primera vez en México, donde la fracción orgánica se composta y genera una materia prima totalmente aprovechable para uso agrícola. Mapfre tiene previsto expandir este método a Brasil y Puerto Rico antes de 2024.
La compañía, según fuentes internas, trabaja para que la sostenibilidad «no solo sea un concepto, sino una hoja de ruta en toda su actividad, porque consideran que las empresas no solo deben generar riqueza material, sino también ética y, sobre todo, humana». En este sentido, la multinacional cuenta con una estrategia integrada en el negocio y en todas las áreas de la compañía, que pone a las personas en el centro de todo. En el papel, se trata de un plan muy ambicioso, con más de 20 objetivos, medibles y alcanzables, con plazos concretos para, entre otros retos, alcanzar la neutralidad en carbono en 2030, reforzar su transparencia y elevar su cumplimiento con la Agenda 2030.
En ese camino hacia una sociedad sostenible, Mapfre también se encuentra vertebrada por un eje social, que incluye programas para mejorar la inclusión, el empleo de calidad, el conocimiento financiero y un mejor acceso a la protección del seguro. La entidad considera que no hay duda de que están en un momento de progreso histórico en el que han dado grandes pasos para avanzar hacia una sociedad diversa e inclusiva, pero creen que aún existen importantes brechas de desigualdad que impactan en el bienestar de las personas y, por ello, trabajan para seguir avanzando hacia un mejor modelo que garantice la igualdad de oportunidades.
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