BMW Serie 4 Coupe
Deportividad para el día a día
Combina grandes prestaciones con un elevado grado de comodidad. Tiene versiones con motores de gasolina y diésel muy potentes y eficientes. Esta a la venta desde 48.000 euros
Al margen de todas las novedades eléctricas que BMW está incorporando a su gama en los últimos meses (y lo que vendrá), uno de los grandes lanzamientos más esperados por todos los seguidores de la marca es la variante coupe del Serie 3, «The 4», como lo ha denominado el fabricante durante su presentación. Se trata de la versión coupe que hereda el espíritu del que fue uno de los productos más venerados de la firma alemana en los años 90, el M3. El Serie 4 tiene un aspecto imponente, contundente, muy deportivo y todos los aficionados al mundo del motor sentirían algo muy especial si tuvieran la oportunidad de ponerse al volante de cualquiera de las versiones que se comercializan. A primera vista lo que más llama la atención es el diseño de la parrilla, un guiño maravilloso a los BMW 328 de 1926 y 3.0 CSi de 1971. La verticalidad de esta parte del coche sorprende, pero si se analiza con detalle el trabajo aerodinámico para favorecer la refrigeración enseguida se percibe su enorme seriedad. Además, con la llegada del coche eléctrico y sus diferentes necesidades de refrigeración, esta clase de «morros» serán habituales.
Pero volviendo al Serie 4, el nuevo BMW tiene una longitud de 4,77 metros, una anchura de 1,85 y una altura de 1,3. En cuanto a su coeficiente aerodinámico firma un gran 0,25, una cifra que lo coloca con los mejores en este sentido. Son unas dimensiones para tener en cuenta, aunque una vez a los mandos el coche se mueve con una agilidad increíble. Tiene cuatro plazas, pero lo cierto es que tiene más bien un carácter biplaza porque los asientos posteriores están más destinados a niños o personas de baja altura. Incluso, el acceso no es demasiado cómodo.
Está disponible con motores de gasolina con potencias de 184, 258, 374 y 510 cv y todos con transmisión automática de ocho relaciones con levas en el volante que tiene un funcionamiento que roza la perfección. Sube y baja de marchas como en un videojuego y no acusa el más mínimo exceso a la hora de jugar con las levas. En cuanto el diésel sólo hay un bloque que rinde 190 cv. Todas las variantes son a propulsión, aunque también existe la opción de incorporar la tracción total. Como es habitual en BMW la lista de acabados y elementos de equipamiento opcional es inmensa, aunque la marca lo reduce a dos tipos: «De Serie» y «M Sport». El carácter deportivo está presente en todas las versiones, pero claro, el componente radical aparece en vertientes como el 440 o el propio M4 Competition que eleva las pulsaciones nada más arrancarlo. A la hora de adquirir el Serie 4 también se pueden elegir tres tipos de suspensión, dos clases de dirección y dos sistemas de frenos.
El interior respira calidad por todos sus lados en cualquiera de sus acabados con varios volantes de corte deportivo y dos clases de instrumentación. La primera combina relojes analógicos con una pequeña pantalla digital en el centro mientras que el segundo mezcla un cuadro de instrumentos completamente digital de 12,3 pulgadas (como un iPad Pro) y una pantalla central de 10,2 pulgadas. El marcador de las revoluciones «gira» en sentido contrario a las agujas del reloj y en un primer momento cuesta adaptarse. Además, las opciones de visualización son escasas, algo que sorprende. El consumo de combustible de la gama oscila entre los 4,5 y 7,5 litros, unos datos muy buenos si tenemos en cuenta el enorme potencial del coche. El diésel y una versión de gasolina tienen hibridación ligera y lucen la etiqueta ECO. Su precio arranca en 48.000 euros.
✕
Accede a tu cuenta para comentar