Conducción eficiente

¿Cuál es el mejor momento para cambiar de marchas?

Ya han pasado unos años desde que aprendimos a conducir. Tristemente, hay algunos vícios que adquirimos en aquellos días... que deberíamos corregir

¿Cuál es el mejor momento para cambiar de marchas?
¿Cuál es el mejor momento para cambiar de marchas? Engin Akyurt Pixabay

Muchos conductores no recuerdan lo complicado que fue dominar aquello de pisar y soltar el embrague para cambiar de marcha. Es uno de los movimientos más difíciles de asimilar para el recién iniciado… pero que surge automáticamente para quién lleva unos meses al volante. Durante aquelllos primeros meses de práctica, los conductores nóveles suelen acostumbrarse a hacer algunos movimientos de una forma más brusca de lo deseable. Y ahora que ya han pasado unos años... ya han pasado a formar parte de su forma de conducir.

Estos movimientos ineficientes y erráticos que hacemos de forma automática, multiplican enormemente el consumo y hacen mucho más daño a la maquinaria de nuestro vehículo de lo que nos podríamos imaginar. La buena noticia es que todos estos vicios tienen solución. Simplemente debemos prestar atención a nuestros movimientos. Costará un poco volver a acostumbrarse... pero a la larga nuestro coche (y nuestro bolsillo) nos lo agradecerá:

Un profesor de autoescuela enseña a conducir a un alumno | Fotografía de archivo
Un profesor de autoescuela enseña a conducir a un alumno | Fotografía de archivolarazon

1. El acelerador

Evitar multas y accidentes no son los únicos motivos por los que todo conductor debería prestar atención a la fuerza con la que pisa el acelerador. Este pedal se encarga de decirle a inyector qué cantidad de combustible dejan pasar al motor. Por eso, si somos eficientes a la hora de accionarlo, también estaremosmoderando el consumo de nuestro vehículo y -en consecuencia- la emisión de gases contaminantes que produce.

Otro motivo para controlar y ser precisos con nuestro acelerador son los mareos (especialmente si hay niños a bordo). De hecho, si la gente que viaja con nosotros suele marearse en nuestro coche… esto es lo primero a lo que deberíamos prestarle atención. Para solucionarlo, solo tenemos que tener una palabra en mente: suavidad. Podemos pensar en el acelerador de nuestro coche como en el control de volumen de una radio.

Si subimos o bajamos el volumen de forma brusca, la gente que está a nuestro alrededor se molestará (y con motivo). Por lo mismo, si aceleramos... tenemos que hacerlo con suavidad. Y si tenemos que mantener una misma velocidad durante una larga distancia, es preferible mantener el pedal a la velocidad adecuada... en lugar de pisar y soltar el acelerador constantemente.

2. El embrague

Muchos no se acordarán. Pero el profesor de la autoescuela siempre lo decía y no le hicimos caso: “Siempre hay que pisar el embrague hasta el fondo”. Al accionar el embrague, lo que estamos haciendo es que entre en contacto con los discos de la caja de cambios. Y un movimiento inconcluso es un movimiento en el que existe más fricción y donde la mecánica sufre más de lo necesario. Por eso, es importante que antes de encender el coche, nos aseguremos de que el asiento está correctamente ajustado y de que somos capaces de llegar hasta el final del recorrido con el pie izquierdo.

Otro hábito que debemos evitar es el de llevar el pie apoyado en el embrague. Es una mala costumbre a la que muchos conductores se han habituado y que -con el tiempo- puede desencadenar algunas averías de gravedad. Pero lo más importante es conocer nuestro coche a la perfección, para ser capaces de identificar el punto de fricción en el que se conecta el cambio con el motor. Conocer el recorrido del pedal nos permitirá ser precisos y eficientes en nuestros movimientos y -en consecuencia- cambiar de marchas con suavidad.

Es importante para la mecánica de nuestro vehículo que pisemos el pedal del embrague hasta el fondo
Es importante para la mecánica de nuestro vehículo que pisemos el pedal del embrague hasta el fondoUwe HohPixabay

3. El pedal de freno

Este pedal es el más sensible de los tres. En caso de emergencia, bastará con un pequeño recorrido para que las ruedas se detengan por completo, evitando así cualquier pérdida de tiempo innecesaria. Salvo en este caso (en el que las circunstancias obligan), los fabricantes siempre recomiendan frenar de forma suave y progresiva.

Esto evitará que se produzcan daños en el sistema de frenado en su conjunto, que pueden derivar -a su vez- en fallas de seguridad en el medio y largo plazo. Si queremos evitarnos problemas, debemos estar atentos a la textura del pedal. Como hemos dicho antes, el pedal de freno es bastante duro y tiene poco recorrido. Así que, si notamos cierta esponjosidad o laxitud, convendría que buscásemos una fuga en el sistema hidráulico que pudiera explicarlo.

4. El momento de cambiar de marcha

Hay tres tipos de conductor: los que se fijan en las revoluciones, los que se fijan en la velocidad y los que se fijan en el sonido. Y aunque todos ellos tienen su propio sistema, hay una cosa en la que los tres seguramente coincidirán: la primera, para salir y para nada más. Una vez el coche esté en movimiento, debemos apretar el embrague y cambiar a segunda, porque esta marcha es la que más potencia genera y, en consecuencia,la que más consume.

El debate empieza a partir de la segunda marcha. Los que utilizan la velocidad como referencia, nos dirán que tenemos que cambiar a tercera cuando alcancemos los 40 kilómetros por hora, a cuarta al alcanzar los 60 kilómetros por hora y a la quinta cuando superemos los 80 kilómetros por hora. Los que se fijan en las revoluciones -en cambio- nos dirán que lo mejor es cambiar de marcha entre las 2.000 y 2.500 revoluciones por minuto si el coche es gasolina o entre las 1.500 y las 2.000 si es diésel.

En cuanto al cambio de marchas, hay tres tipos de conductores: los que se fijan en la velocidad, los que se fijan en las revoluciones y los que se fijan en el sonido
En cuanto al cambio de marchas, hay tres tipos de conductores: los que se fijan en la velocidad, los que se fijan en las revoluciones y los que se fijan en el sonidoPixabay

Los que se dejan guíar por el sonido, sin embargo, cambian de marcha cuando escuchan el “rugido” del motor. Es posible que esta última referencia parezca menos sofisticada, pero suele ser la que mejores resultados da. Porque es la que mejor se adapta a cada coche y a cada situación. No es lo mismo ir por la autopista, estar en un atasco o entrar en la calle que llega hasta tu casa. No es lo mismo conducir con lluvia, con sol o con nieve… y desde luego, no es lo mismo un coche u otro.