Torre Pacheco

La cara del caos en Torre Pacheco: la segunda generación de inmigrantes, jóvenes nacidos en España

Los expertos alertan de la radicalización de los hijos y nietos de quienes vinieron a trabajar y echaron raíces en tierras españolas por vivir entre dos mundos

La cara del caos en Torre Pacheco: la segunda generación de inmigrantes, jóvenes nacidos en España
La cara del caos en Torre Pacheco: la segunda generación de inmigrantes, jóvenes nacidos en EspañaLA RAZÓN

Se organizan como pequeñas ‘guerrillas’ urbanas. Cubren sus caras con pañuelos, camisetas o mascarillas y se arman con palos y objetos contundentes. Vuelcan contenedores y los utilizan a modo de barricadas. Lanzan bengalas y vandalizan vehículos, lo que no solo ha generado malestar entre la ciudadanía de Torre Pacheco, sino que han conseguido sembrar el miedo, también entre los suyos. En su gran mayoría son jóvenes menores de edad, muchos de ellos nacidos en España, hijos de inmigrantes marroquíes que vinieron hace varias décadas a trabajar en el Campo de Cartagena y terminaron echando raíces.

Son lo que se denomina como inmigrantes de segunda y tercera generación. Sin embargo, la brutal agresión el pasado miércoles a un vecino del municipio ha sido solo la ‘espita’ que se ha abierto y que ha provocado una espiral de odio y de violencia sin precedentes en la Región. La incursión de grupos de ultraderecha venidos de fuera, que agredieron a varios ciudadanos y generaron destrozos en varios negocios regentados por inmigrantes, no ha hecho más que espolear a esta generación de ‘ninis’ -que ni estudian ni trabajan-, que no se identifica con el Islam y que, en ocasiones, ni siquiera habla árabe como lengua materna. Así lo aseguran los expertos.

Ahora son ellos los dueños del pueblo, porque los más de 100 agentes de la Guardia Civil que vigilan durante las 24 horas Torre Pacheco impiden la entrada de radicales o de foráneos en busca de ‘bronca’ (las llamadas ‘cacerías’). Sin embargo, los ánimos continúan caldeados. Tanto, que varios imanes de mezquitas cercanas trataban en la noche de este lunes apaciguar a estos jóvenes. “Hemos venido a pedir paz para que no haya más altercados. Esperemos que pase lo mismo con otros grupos que vienen en contra de los marroquíes”, asegura Hamza, un joven magrebí que regenta un establecimiento de comida turca en el municipio, que fue objeto de la ira de los extremistas. Abdelali es otro comerciante que condena la violencia sufrida por Domingo, el sexagenario que fue apaleado gratuitamente por un joven marroquí, cuyo agresor era detenido el pasado lunes en la localidad guipuzcoana de Rentería y que ya está en prisión provisional desde este martes.

Pero, a pesar de esto, este alauita, asentado en el municipio durante más de dos décadas, justifica en cierto modo el comportamiento de estos jóvenes. “Los marroquíes están actuando porque se están sintiendo amenazados, por eso se ponen agresivos. Los niños dicen que quieren estar en paz, no quieren que vengan a nuestro barrio. No queremos que gente de fuera venga a aquí a amenazarnos. El viernes dijeron que se iban a meter en nuestras casas a violar a vuestras mujeres”, denuncia Abdelali, que se ha convertido en uno de los portavoces de la comunidad marroquí y que se siente perjudicado por esta situación. Ha tenido que echar la persiana de su negocio, una tienda de ropa y accesorios, ante el temor a sufrir represalias tras lo ocurrido.

“Un problema educativo”

Paulino Ros es periodista de Onda Regional de Murcia, sociólogo, profesor universitario y autor del blog ‘Islam en Murcia’. Conoce a la perfección la realidad que se vive en Torre Pacheco y no duda en calificar de “criminalización” la de este colectivo de jóvenes por parte de partidos políticos como VOX. En opinión de este analista, esta “generación sandwich” -así es cómo la define- ha visto cómo las administraciones les dan la espalda, está desarraigada y se enfrenta a “un problema educativo” y al “racismo institucional”.

Ros pone de manifiesto la dificultad que ha tenido esta nueva generación de ‘españoles’ (no olvidemos que muchos son nacidos en España), que convive en guettos y que se sienten extraños, incluso, en su propia casa. “Desde que entra al colegio, le llaman ‘moro de mierda’, ‘vete a tu país’, cuando su país es España y, cuando llegan a su casa, pues son extranjeros, porque no practican el Islam y porque no saben hablar árabe en muchos casos”, apunta este experto.

La delincuencia sube

Respecto del último balance de criminalidad aportado por el ministerio del Interior, la delincuencia en Torre Pacheco ha repuntado levemente en el primer trimestre de este año, un 4,09%, lo que se traduce en un total de 509 infracciones penales, frente a las 489 del periodo anterior. Se incrementan los hurtos en tan solo 8 casos y, sin embargo, los robos con violencia bajan de 15 a 9.

A pesar de estas cifras, los vecinos pachequeros reconocen una sensación de inseguridad. Y el propio alcalde del municipio, Pedro Ángel Roca, reconocía el pasado lunes que hacen falta más efectivos de la Policía Local y de la Guardia Civil para patrullar una zona que es complicada, porque es eminentemente rural.

Ros, acerca de esta cuestión, asegura que “hay un grupito y todo el mundo los conoce, ¿eh? Que ni estudia ni trabaja, ¿vale? Y que están en la calle y que están cerca del delito y, si no lo han cometido ya, lo van a cometer pronto, porque se les ha dejado fracasar en en el colegio, en los estudios”, lo que se traduce, según este analista, en el germen perfecto para los delitos de odio.

Un odio que, por el momento, no se ha cobrado ninguna víctima mortal. Pero podría ser un escenario, desgraciadamente, factible.