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El trípode

13 de agosto: fecha en la Historia (Madrid, Fátima y Berlín)

La Virgen se le apareció a una joven religiosa concepcionista franciscana, Sor Patrocinio, en el convento madrileño del Caballero de Gracia

El 13 de agosto tiene en la Historia sucesos muy destacados, de los que hoy destacamos tres. Dos de ellos nos remiten a Fátima (1917) y a Berlín durante la Guerra Fría (1961); y un tercero y anterior a estos, a Madrid en 1831. Fátima tiene una especial relación con el número 13, y la propia Lucía escribió en el opúsculo «Fátima a través del tiempo y de los acontecimientos» que tuvo una especial «iluminación» que le hizo entender que representa la unidad (el 1) unida al (3), es decir, la Santísima Trinidad: «Un solo Dios y tres Personas Divinas». Y en efecto, Fátima es profundamente Trinitaria, destacando la oración enseñada por el Ángel a los pastorinhos en 1916 y la Aparición de Tuy el 13 de junio de 1929. Incluso el nuevo templo en la explanada de Fátima tiene por advocación a la Santísima Trinidad. Pues bien, el 13 del mes de agosto de 1917 fue el único día de los anunciados por la Virgen, que no se les pudo aparecer a los pastorinhos al estar detenidos por orden del gobierno para «acabar con aquello». Y por lo que manifestará «su tristeza». Y será precisamente un 13 de agosto (de 1961) cuando se erigió el Muro de Berlín. Que dividía la Europa comunista de la occidental, manteniendo a millones de personas en una gigantesca prisión: el «paraíso comunista». Y a la Virgen, que vino a Fátima precisamente para evitar la expansión de «los errores de Rusia» por el mundo (el comunismo), no se le hizo caso y, en un día de tristeza para Ella, un 13 de agosto, se erigió ese gigantesco presidio. La tercera referencia histórica de un 13 de agosto, muy importante también, fue anterior a esos dos episodios del siglo XX (1917 y 1961) y tuvo lugar en Madrid en 1831. Pareciera que la Virgen María, desde el «eterno presente» de Dios, tenía conocimiento de la tristeza que la embargaría años después en Fátima y en Berlín, y se le apareció a una joven religiosa concepcionista franciscana, Sor Patrocinio, en el convento madrileño del Caballero de Gracia. Con gran tristeza se le revelará como la «Virgen del Olvido, Triunfo y Misericordias», y le expresará que esa tristeza es debida precisamente al «Olvido» al que la tienen sometida sus queridos hijos. Es una mariofanía reconocida por el Papa Gregorio XVI, que mediante una bula autorizó su culto público que hoy siguen devotamente las religiosas concepcionistas como Sor Patrocinio: personalidad destacada del siglo XIX en España y perseguida, desde entonces y hasta hoy, por la masonería. Su reconocido biógrafo es el catedrático emérito de Historia Contemporánea, Javier Paredes.