Opinión

Un infarto

Son ya muchos los amigos que he perdido por culpa de los infartos de miocardio. Nunca he visto en sus velatorios, entierros o funerales a Monedero. Y nadie ha protestado por sus vidas destrozando el barrio de Lavapiés. La que ha organizado Podemos con la muerte natural de un mantero senegalés es delictivo, además de asqueroso. Dieciséis agentes del orden público, servidores de todos, entre policías nacionales y municipales han sufrido heridas de consideración. Hasta una ambulancia del Samur fue apedreada con adoquines arrancados de la calzada.

Según testigos, Mmame Mbaye paseaba con un compañero, comentó que se sentía mal y se desplomó. Nadie lo perseguía. Inmediatamente Monedero se personó en Lavapiés y emitió su primera falacia: «Aquí, en Lavapiés, ha muerto esta noche Mmame Mbaye, un inmigrante perseguido por la Policía. Cuánto dolor innecesario». Desalmado mentiroso y sinvergüenza. El concejal de Ahora Madrid Jorge García Castaño, no ha defendido a sus policías municipales. Con ese gesto modelo 1936 que Lucifer le ha dado, y cuando ya se había confirmado la causa natural de la muerte del senegalés, ha resumido su odio con estas palabras: «El fallecido de Lavapiés es víctima del capitalismo». Mejor, víctima de su genética, del colesterol, del sedentarismo, de la arterioesclerosis, del tabaquismo o del estrés. Y la deleznable Rommy Arce, la peruana de Sendero Luminoso, se ha despachado con su habitual dosis de pus: «Los ''nadie'', víctimas de la xenofobia institucional y de un sistema capitalista que levanta fronteras interiores y exteriores. El pecado de Mmame, ser negro, pobre y sin papeles». Ese sistema capitalista es el que le procuró los inmediatos primeros auxilios, aunque nada se pudiera hacer para salvar su vida. Y ese capitalismo es el que, con papeles o sin papeles, para blancos, negros, cobrizos y amarillos por igual, envía las modernas ambulancias que posteriormente son apedreadas por los salvajes y antisistema que Podemos maneja. El habitual vomitador de la Sexta, Antonio Maestre, ha tuiteado, con retuiteo de Echenique, este simpático mensaje: «Mmame Mbaye ha muerto por huir de quien le quería quitar el sustento. Le iba la vida en ello y la vida le ha costado». ¿Se puede ser más falso, miserable y cínico? Y Espinar, Iglesias, Montero, toda la merma, agitando las calles por una muerte natural. Desgraciada, como todas las muertes, pero natural. No hemos visto esa reacción del estalinismo acudiendo a protestar y consolar a los padres de Diana Quer, de Sandra Palo, de Marta del Castillo, de Mari Cruz Cortés, de Yéremi Vargas o del pequeño Gabriel. Que no murieron de un infarto natural, sino asesinados brutalmente por unos canallas que tampoco han merecido el interés de los podemitas. Es más, han apoyado a los autores de crímenes insoportables con desprecio y distancia hacia las víctimas para aliviar las condenas de los asesinos.

El único modo que tiene Podemos para que más de la mitad de sus gorrones y chulos de la cosa se mantengan en el palmito a costa del sistema que aborrecen, es incendiar las calles. Un inmigrante, un mantero que llevaba diez años en España, y que era, según sus allegados una gran persona, pacífica y educada, ha muerto como consecuencia de un infarto. Y Podemos se ha aprovechado de la posible oclusión por ateromas de sus arterias, para acusar a la Policía de perseguir a quien no perseguía, al capitalismo de no atender debidamente a un moribundo, y a los municipales de inacción, cuando el propio Ayuntamiento carmenita ha reconocido la causa natural del hecho.

Son unos sinvergüenzas, unos demagogos, unos desalmados y unos mentirosos, además de gorrones del Sistema que desean quebrar.

Y hay que lavarse, Monedero, que se puede mentir igual después de pasar por la ducha.