Opinión

El paro, el guapo y la lógica difusa

Peter Bernstein, en su «Extraordinaria historia del riesgo», afirma que «es un error tratar lo improbable como imposible». Pedro Sánchez ha demostrado la validez de esa afirmación, convertida en teoría. No consta que Albert Rivera sea un devoto de la obra de Bernstein. Tampoco Mariano Rajoy, ni tan siquiera Pablo Iglesias, que mendiga un puesto en el Gobierno, para luego refrotarle la negativa al nuevo inquilino de la Moncloa, porque sabe que ahora eso es imposible.

Rajoy se ha despedido del Gobierno con el mejor dato de paro en diez años y la mayor cifra de afiliación a la Seguridad Social. El todavía líder del PP –él decidirá su futuro– apostó todo a la economía y se va con un sabor más que agridulce. Salvó a España de la intervención económica y, por lo tanto, ahorró penalidades a toda una generación. Deja la Moncloa con un balance económico positivo, con el «pero» de la deuda, y con la perplejidad –compartida por su equipo– de que los ciudadanos no han reconocido esa labor. Nunca sabremos qué hubiera ocurrido en unas elecciones y si, como él esperaba, una mayoría de votantes habría reconocido su trabajo. Ahora, la siguiente cita con las urnas llegará en otro escenario. No obstante, Pedro Arriola, el protogurú cercano del retiro, era escéptico. Tenía muy estudiado que cuando las cosas de comer –la economía– van bien, o mejor, la gente se fija en otros asuntos y Rajoy, al que los británicos consideran «el líder europeo menos carismático», nunca se preocupó por ser popular.

Sánchez pretende cabalgar sobre la ola de bonanza económica que hereda. La prensa inglesa lo llama «el guapo», «que es como lo definen quienes quieren desacreditarlo». El líder del PSOE, tenaz y hábil, que ha hecho posible lo improbable, construirá su futuro político inmediato sobre las buenas condiciones económicas que hereda del PP, con el paro en primer lugar. Por eso, la contrarreforma laboral, si llega, tendrá que esperar. Cualquier atisbo de un paso atrás en ese terreno provocaría que muchas empresas volvieran a ajustar empleo, por si acaso, y eso es algo que, hasta que haya elecciones, el jefe del PSOE no se puede permitir, lo que no impide que haga guiños menores en el ámbito laboral. Una aplicación más de la «lógica difusa» o «borrosa», desarrollada por el desaparecido Loft A. Zadeh, premio BBVA Fronteras del Conocimiento, que se sustenta en «lo relativo de lo observado», aunque la bajada del paro y la llegada de Sánchez a la Moncloa no son nada relativo, sino algo real, muy real.