Opinión
Hurripla
Tremendo, hurripla. Lo de Lopetegui, quiero decir. La prensa deportiva del secesionismo está escandalizada. La Selección de España no merece el trato, y menos aún el contrato, de Lopetegui con el Real Madrit. Cuando España ganó la Eurocopa con el gol de Torres a Alemania, era seleccionador Luis Aragonés, que fichó por un equipo turco durante la celebración de aquel campeonato. Y no pasó nada. Pero lo de Lopetegui se ha considerado intularapla. Vamos a ver. No ha sido elegante ni oportuno, pero tampoco es para rasgarse las vestiduras. Cositas del fútbol. Epidérmicas.
Escribí ayer del tostón de este campeonato Mundial. Ha dejado de serlo gracias al inesperado acuerdo entre Lopetegui y el Real Madrit. Nada que comentar. «Egui», en vascuence, es «sitio». Y Lope, López. Lopetegui se traduce por «el sitio de López». Si un tatarabuelo de Florentino Pérez se hubiera afincado en Guipúzcoa, Florentino se apellidaría Peretegui. El Sitio de Pérez. Nada más lógico que el Sitio de Pérez sea cordial y acogedor con el Sitio de López. Esta gente que se enfada por lo más nimio haría bien en analizar con más criterio los acontecimientos mundiales. Ayer, por ejemplo, Trump y Kim-Jong-Un se entrevistaron en Singapur. El gordito anunció el fin de la carrera nuclear norcoreana. Noticia importante. Ayer, se montó un buen lío con los «refuchís» del «Aquarius». Resulta penoso el silencio anterior. La Armada Española y la Guardia Civil han salvado la vida en 2017 a más de 5.000 abandonados en la mar. Y no se escribe, ni se habla, ni se opina de ello. Un ministro italiano, partidario de la independencia de Cataluña y del País Vasco, un fascista como los cuernos del conde Ciano, se opuso al desembarco de los inmigrantes en Italia. Y Sánchez, que de haber tenido un tatarabuelo emigrado a Vizcaya se apellidaría «Sanchetegui», saltándose las normas de la Unión Europea, se marcó un tanto de falsa bondad que también ha sorprendido. Los «refuchís» a Valencia. Lo malo es el efecto llamada. Pero nada que objetar, exceptuando el silencio de los medios de comunicación ante las impagables y calladas acciones humanitarias de nuestros marinos, guardias civiles y policías nacionales. El italiano feliz y en España iniciando las obras de ampliación del puerto de Valencia, que mucho me temo se va a quedar pequeño.
Ayer se dictó sentencia contra Iñaki Urdangarín, cuñado del Rey. Cinco años de prisión e ingreso inmediato en la cárcel. Un Estado de Derecho. Palpable demostración de independencia judicial. En la cárcel están o son esperados políticos de todos los partidos, grandes empresarios y ahora, un cuñado del Rey. Y en Cataluña siguen con la gilipollez, la murga y la mentira del lacito amarillo. Ayer se supo que el ministro de Cultura y Deportes, autor del elegante mensaje tuitero «Hoy es un día de ganar y follar» actuó de mala fe con Hacienda como si fuera Monedero. Y ayer se supo que Meritxell Batet, al fin, se ha apercibido de la imposibilidad de modificar la Constitución con el apoyo de poco más de ochenta diputados. Pero el escándalo, lo que realmente ha preocupado a los españoles, ha sido lo del Real Madrit y Lopetegui. Lo ha dicho Messi. «Madrit ordenó que fuera perseguido y golpeado». Pobre Messi, que tampoco va a ganar el Mundial. Para impedirlo está Alemania.
Ayer sucedieron muchas cosas en España y en el mundo, pero en Cataluña sólo ha importado lo de Lopetegui. Esta gente del independentismo es muy rara. Daño a la Selección de España. Irraparapla. Como si el seleccionador de España estuviera obligado a jurar eterna fidelidad a su cargo. Suena Michel. Otra cosa es que el Sitio de Pérez se haya equivocado refugiando al Sitio de López. A mí, y lo repito, el que me gustaba era Klopp. Y en su defecto, Pochettino. Pero el Sitio de Pérez no ha logrado mis objetivos, lo cual respeto, porque en el Sitio de Pérez el que manda es Pérez y no yo.
No obstante, hay que agradecer a los independentistas catalanes la importancia que le han concedido a esta contratación futbolera. Lo que han hecho el Real Madrit y Lopetegui es inatmisipla, incunsabipla e inasaptapla. Mañana, viernes, España debuta contra la Portugal de Cristiano Ronaldo, y el fútbol es así. Todos los partidarios del prusás animarán a Cristiano con ímpetu y frenesí.
Aquí se ha producido una contratación más, acertada o equivocada, de un entrenador de fútbol. Un hecho completamente intrascendente. ¿Que podían haber elegido otro momento? Es pusipla, pero tampoco estoy seguro de ello. Suena Michel, insisto. Sea figurada la siguiente situación. El Reino Unido declara la Guerra a la Alemania nazi. El Rey Jorge VI, el tartamudo, se dirige a los suyos anunciándoles la decisión de su Gobierno. Simultáneamente, la condesa de Brompton Road es sorprendida en la cama con el cartero del distrito, Reginald Doolitle. El conde de Brompton Road, de acerado temperamento, expulsa al cartero de su casa con estas hirientes palabras: «No vuelva por aquí o me veré obligado a no darle los buenos días». Al día siguiente, los periódicos conceden a la participación del Reino Unido en la Segunda Guerra mundial una importancia de segundo grado. La noticia que abre todos los tabloides es la siguiente: «El Conde de Brompton Road expulsa violentamente de su casa a un humilde cartero».
Pues lo de Lopetegui, más o menos, es lo mismo.
P.D. El tontín de Rubiales ha cesado a Lopetegui.
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