Opinión

Ética sin fundamento

La ética estudia el bien y el mal y sus relaciones con la moral y el comportamiento humano, y por ello con la acción humana, pero no a lo que se hace, sino a lo que se debería hacer, de tal suerte que no es descriptiva, sino prescriptiva y normativa.

Los comportamientos éticos tienen más que ver con la inteligencia que con la voluntad, de tal suerte, que la inteligencia puede establecer lo que es un bien, pero no mediante una ética relativista, esto es, lo que es bueno para mí ahora y en esta situación. Lo que no vale para todos no vale para nadie, porque sería decir que no concierne al hombre en cuanto tal.

La ética da origen a leyes porque es prescriptiva y no descriptiva, de tal suerte que los comportamientos morales pueden cambiar, pero no las leyes morales que se fundan sobre la naturaleza de las cosas y del hombre. Pero hoy algunos parecen olvidar que el concepto ley indica un ordenamiento de la razón, y no debemos olvidar que la ley moral viene antes que la ley jurídica.

El legislador no puede determinar una moral, ni debe intentarlo. Ahora bien, los dictados de la razón a veces nos son fáciles de convenir e identificar, pero existen y se imponen al margen el positivismo jurídico, tan necesario en un Estado de Derecho, pero no se puede soslayar la razón. Mas algunos imponen una ética sin fundamento, esto es, éticas que se separan de la razón y se convierten en éticas voluntaristas, sentimentales o historicistas, moldeables por la oportunidad, y que fomenta que algunos se erijan en jueces de ética que valoran comportamientos de forma coyuntural, y casi siempre con fines tan relativos como utilitaristas.

Por ejemplo, cuando se quiere infravalorar a alguien y por ello no se le considera apto para una determinada responsabilidad, se crea un canon ético ad hoc, y una vez conseguido el fin, la desconsideración de la persona, nos olvidamos del canon; esto solo se corrige mediante la estricta aplicación de la ley.

Una situación o hecho son poco éticos cuando se predican de forma general, bajo los dictados de la razón y no del prejuicio, más parece que en este momento la ética sin fundamento es la regla general de valoración.