Opinión

Elsita

Los que la conocen bien, que son bastantes, dicen de ella que su ambición no tiene límites. Intenta imitar la estética de Catherine Deneuve, pero fracasa en cada intento de similitud. Es la correveidile del separatismo catalán, y muy pocos confían en su lealtad. Para colmo, es una mentirosa. El gran problema de los separatistas catalanes es que la mentira ha dejado de ser su problema, por adquirir la naturalidad del hábito y la costumbre. Un separatista catalán habita en la mentira y su domicilio es la farsa.

Cuando una joven mujer, aparentemente agradable, decide alcanzar el más alto lugar de sus sueños sin escatimar recursos, acostumbra a conseguir la cresta de la ola. Lo difícil es mantenerse en la cresta, porque la ola rompe y empuja al castañazo. Don Francisco de Quevedo, el jodido estevado, el caballero de Santiago con las espuelas de oro, el genial cojitranco, glosó las peripecias de la hija de un zurrador y una gitana que terminó por convertirse en una señora de la alta sociedad.

«Era su nombre Juana

hija de un zurrador y una gitana.

Subió a fregona

y se llamó Ana Pérez,

Con la ayuda de un sastre y de un alférez.

Y viéndose triunfante

a Toledo se fue con un farsante,

adonde por doncella, una alcahueta

se la vendió a un trompeta.

Llamóse doña Luisa,

cosa que a ella misma le dio risa,

y a caza de apellidos,

por no pegar el don de vacío una hora

a la Corte se vino hecha señora

con joyas y vestidos,

adonde por rabiza y por lo moza

se llamó doña Julia de Mendoza».

No pretendo comparar a Juana con Elsita, pero sus ambiciones no se distancian, aunque no compartan los métodos.

Elsita forma parte, desde que nació, de la burguesía barcelonesa, la gran callada. No ha necesitado someter su biografía a hechos escandalosos. Se graduó de algo en una prestigiosa Universidad extranjera, y no parece tonta. Una mentirosa lista es infintamente más peligrosa que una mentirosa tonta. Y es indudable que es dueña de un atractivo personal de mucho calado. El forajido golpista se derrite ante ella aún sabiendo que su lealtad forma parte de la fantasía. Ha estado en todas las salsas del golpe de Estado y ha salido indemne. Es inmune a la acción de la Justicia. Ahora le ha dado por calumniar al Rey, a sabiendas de que calumniar al Rey en España sale muy barato, prácticamente gratis. «El Rey no puede ser recibido con normalidad en Cataluña porque justificó la violencia». ¿Cuándo ha justificado el Rey la violencia? ¿De donde ha sacado Elsita semejante atrocidad?

Elsita se mueve por la farsa como pez en el agua. Y es temida. Tan joven y tan eficaz en el dominio del temor ajeno. Ante ella se abren todas las puertas del independentismo golpista y supremacista. Las puertas de la politica, de la sociedad barcelonesa, de la empresa, de la iglesia de Cataluña y hasta del «Barça». De haber sido Elsita directiva del «Barça», habría contratado a Griezmann. Sucede que en el F.C. Barcelona el presidente es el pobre Bartomeu, que carece de la capacidad de convicción de Elsita. También me dicen que Elsita es independentista por conveniencia, y que si mañana intuye que su futuro es más diáfano en otras parcelas deja a Porcioles, que en paz descanse, en paños menores.

Pero mi deseo, que no será satisfecho, se resume en una pregunta. ¿Cuándo y dónde dijo el Rey que justificaba la violencia? ¿Qué violencia? Ya sabemos quién provoca y ejecuta la violencia en Cataluña contra los catalanes que no se identifican con el golpismo. Elsita es una mentirosa de órdago a la grande, y en la Fiscalía siguen descansando. Semejante acusación merece una respuesta judicial.

Entretanto, ella va y viene, ella sonríe, ella se relaciona, ella asciende, ella está en todas partes y su inmunidad crece con la misma intensidad que su golpismo. Hasta que cambien de lugar los resplandores de su ambición.