Opinión

Purgatorio

tenía 4 años. Una tía muy antipática, que para colmo no era ni tía, la tía Meme, afeó mi conducta. –Si no terminas el plato de espinacas pasarás más de cien años en el Purgatorio–. Los niños son así. Entre las espinacas y el Purgatorio, elegí el Purgatorio, faltaría más. Nuestra mutua animadversión se halla en estado durmiente. Sigo sin comer espinacas y la tía Meme está en el Purgatorio. Mi personaje literario preferido, Cristián Ildefonso Laus Deo María de la Regla Ximénez de Andrada y Belvís de los Gazules, Valeria del Guadalén y Hendings, VIII marqués de Sotoancho, sufrió en su infancia y juventud a una mala madre. La marquesa viuda fue un bicho, pero ya fallecida como consecuencia de un estornudo mal medido, al marqués le preocupa el tiempo que Dios le tiene reservado en el Purgatorio. Y mantiene con su capellán, don Riquelme, una profunda y documentada charla al respecto. –¿Cuántos años le quedarán a mi madre en el Purgatorio?–. Don Riquelme no se corta. –A su madre le quedan por cumplir, al día de hoy, seis millones quinientos sesenta y seis años de Purgatorio. Como usted sabrá, don Cristián, y para tranquilizar su angustia, le garantizo que el Purgatorio está dividido en siete partes o secciones. La más dolorosa sin duda alguna y la que alberga a su madre en la actualidad, es la sección de «Llamas Constantes». La siguiente, «Llamas Constantes con Intervalos de Descanso», es más llevadera; la tercera en nivel de castigo es la de «Llamas Intermitentes con Sustos de Matasuegras por la Espalda». La cuarta, «Llamas Discretas con treinta días al año de vacaciones». La quinta, «Llamitas Molestas». La sexta «Sopletes Lacerantes suavizados con chorritos de agua fresca», reservada a pecadores veniales, y la última «Fogonazos y Alcandoras de escasa intensidad con servicio de duchas». El Purgatorio nos demuestra que no todo consiste en el blanco y negro, que hay grises y otros tonos matizados que se escapan a la capacidad de comprensión de nosotros, los humanos pecadores y futuros inquilinos de tan chocante balneario purificador.

He sabido, y no por confidencias de Pilar Urbano que últimamente no me cuenta nada y que fue gran amiga y defensora del fallecido Obispo Setién Alberro, que el Comité de Admisión del Purgatorio, teniendo en cuenta la dignidad jerárquica del nuevo inquilino, ha decidido destinarlo a la sección tercera, «Llamas Intermitentes con sustos de matasuegras por la Espalda», lo que ha causado indignación en otros internos veteranos que han invertido centenares de años en alcanzar ese grado gracias a su buena conducta. En vista de ello, el Comité de Admisión se ha mantenido firme en su decisión endureciendo levemente la purificación del nuevo y obispal huésped. Una vez cada año, cuando se celebre en la tierra el «Aberri Eguna», se apagarán las llamas durante seis minutos y su Ilustrísima bailará un «Aurresku» sobre las cenizas con elevación de las piernas hasta más arriba de su cabeza, y sin derramar ni una gota de vino del pequeño vaso sobre el que ha de terminar su divertido baile. También se conoce como «Espatadantza», y es danza animadora, contagiosa y muy útil para establecer amistades.

Y a caballo regalado no le mires el diente. Le podría haber ido mucho peor. Ha tenido la fortuna, por hallarse la mitad de los miembros del Comité de vacaciones, de que los sustitutos coincidieran en vida con él como miembros de la Conferencia Episcopal y actuaran con su pavoroso silencio con complicidad, nocturnidad y alevosía. En este caso, hay que reconocerlo, la COPE se ha portado de maravilla con el finado prelado, y ha logrado formar un Comité de Jornada favorable al Obispo. Como Secretario del Comité ha figurado el vicario Pagola, su mano derecha y colaborador íntimo durante los años de sus fechorías.

Es lo que tienen las redes sociales. Que ya no hay secretos ni en las penas del Purgatorio. Al menos, el nuevo purgado, no tendrá que compartir sección con la madre de mi querido amigo, el marqués de Sotoancho que se halla en situación de «Condena Purificadora No Revisable».

Con un canto en los dientes se tendría que dar. Ánimo, que mil años pasan pronto.