Opinión

Sueño eterno

El escritor Raymond Chandler contribuyó decisivamente a que la novela policíaca fuera considerada susceptible de ser practicada con calidad literaria. Lo consiguió deslizando, en sus cuentos de policías y ladrones, recursos procedentes de la tradición estilística. Para que esos recursos no le alejaran del lenguaje popular los mezcló con observaciones sagaces de las conductas de la gente. Uno de sus cuentos lo tituló «Blackmailers Don’t Shoot», que en traducción lega significa, más o menos, que los chantajistas no suelen disparar. Venía a querer recordar que, si un delincuente ha escogido como pauta el método del chantaje para abusar del prójimo, es porque la violencia y la sangre no le van, ya que puestos a esa tarea estos dos últimos sistemas serían más rápidos y directos. Por tanto puede confiarse, hasta cierto punto, en que un chantajista dudará antes de decidirse a abrir fuego sobre nosotros.

Supongo que, en el lío enorme de dependencias, rectificaciones y gestos sensacionalistas en que Pedro Sánchez se ha metido, ya habrá tenido clara desde el principio esa premisa. Espero que no haya sido tan ingenuo, a la hora de escoger socios que respaldaran su llegada al gobierno, como para no darse cuenta de que Puigdemont y los suyos le dejarán abandonado precisamente en el momento en que más los necesite. Mientras tanto, parece que Sánchez está convencido de que sus incómodos apoyos amenazarán con abrir fuego y gritarán mucho, pero les costará todavía mucho más apretar el gatillo.

A quienes viven la vida como una novela de guapos y villanos es bueno recordarles que Chandler era un gran escritor, un maestro, un seductor de las palabras; pero un escritor a fin de cuentas. Como tal, aunque le gustaba aderezar de realidad sus narraciones también ignoraba esa misma realidad cuando le convenía para sus propósitos artísticos. Y es un hecho incontrovertible de la Historia que han existido gangsters –como Al Capone– capaces de practicar sin ningún tipo de discriminación tanto el chantaje como el ametrallamiento. Quizá la premisa chandleriana se cumpla en los casos solitarios e individuales, pero es dudosa en el nivel de los industriales sindicatos del crimen.