Opinión

La seriedad requerida

Hace unos días, la delegada del Gobierno en Cataluña se ha mostrado partidaria de que se indulte a los líderes independentistas para el caso de que sean condenados por el Tribunal Supremo, aunque eso sí, dice que tienen que pedirlo. Como no puede ser de otro modo, más tarde ha puntualizado que cualquier especulación sobre lo que suceda una vez se dicte la sentencia sería prematura. Al margen de la valoración de estas declaraciones que ha se han realizado, lo que parece oportuno es limitar al máximo este tipo de comentarios, y máxime cuando proceden de responsables políticos.

La dificultad del caso al que se enfrenta la Sala Segunda del Tribunal Supremo es innegable, y ello debería anima a ayudar a que esta labor se haga dentro de un contexto de paz y de sosiego; ¿alguien se imagina lo que hubiera sido se hubieran realizado unas declaraciones similares antes de comenzar el juicio sobre el 23 de febrero? Pues no, entre todos tenemos que intentar crear el contexto al que antes me he referido. Nadie puede dudar de la profesionalidad e independencia de los miembros del Tribunal, sin lugar a dudas, y diga lo que se diga, van a administrar Justicia con rectitud, y a buen seguro con acierto. Pero ¿qué cuesta ayudarles un poco? El caso trasciende la normalidad en España y fuera de ella, y por ello parece que declaraciones de aquella naturaleza no van precisamente en esta línea.

Pase lo que pase, lo que no conviene es relativizar lo acontecido, los hechos que se van a enjuiciar, al margen de su naturaleza jurídica y que se declaren probados, son formalmente de una gravedad extrema y esto es lo que está justificando el mantenimiento de la situación de prisión provisional, sobre la que tampoco conviene frivolizar. No niego el ejercicio de la libertad de expresión, y mucho menos la de los políticos, pero también es deseable un ejercicio de responsabilidad. A la democracia española le va mucho en ello y todo el mundo debe estar a la altura de las circunstancias, es lo menos que se puede pedir ante esta situación, que como he dicho no es menor. Nuestra democracia salió muy fortalecida del juicio del 23 de febrero y le pasará lo mismo ahora.