Opinión

Brexitstencia

La trascendencia de lo que está aconteciendo en Gran Bretaña en relación al Brexit a nadie se le escapa, lo cambios que va a provocar la salida del Reino Unido de la Unión Europea, más allá del deseado acuerdo entre las partes, no están todavía evaluados en toda su dimensión. El Reino Unido es el primer estado en 60 años que decide salir de la organización que ha permitido la creación de un mercado único, un espacio sin fronteras y una moneda propia.

Ante ello, la Unión Europea debe dar una respuesta única, la cual formalmente está conseguida, sobre todo para que no se produzca un efecto contagio en el resto de países que la conforman, máxime en aquellos donde el populismo, de uno u otro signo, está presente. El Brexit, como todo problema puede convertirse en una oportunidad, una oportunidad para lograr una Unión Europea más integrada, más puede ocurrir lo contrario, abriendo una vía para ulteriores fugas. La Unión Europea no es solamente un proyecto económico, sino que se trata asimismo de un proyecto político, con valores compartidos, con pasado, presente y, sobre todo, un futuro común. Robert Schuman dijo: «Europa no se construyó y hubo la guerra. Europa no se hará de una vez ni en una obra de conjunto: se hará gracias a realizaciones concretas, que creen en primer lugar una solidaridad de hecho».

Y ya lo dice el artículo 2 del Tratado de la Unión Europea: «La Unión se fundamenta en los valores de respeto de la dignidad humana, libertad, democracia, igualdad, Estado de Derecho y respeto de los derechos humanos, incluidos los derechos de las personas pertenecientes a minorías. Estos valores son comunes a los Estados miembros en una sociedad caracterizada por el pluralismo, la no discriminación, la tolerancia, la justicia, la solidaridad y la igualdad entre mujeres y hombres». Ahora bien, la pregunta es si en España nuestros responsables políticos son conscientes de la importancia del proceso de separación, y si realmente, además de Gibraltar, se están empleando a fondo para afrontarlo, y poder obtener algún tipo de ventaja; otros países lo están haciendo, y están dedicando casi todo un ministerio a ello. La Unión Europea ha salvado el primer problema, divide y vencerás, Gran Bretaña no lo ha conseguido, pero el proceso tiene todavía muchas estaciones.