Opinión
Sánchez-Torra, agenda y «marrón»
Pedro Sánchez juega sus últimas bazas –órdagos– para estirar la legislatura. Su gran objetivo es aprobar los Presupuestos Generales, que evitarían un adelanto electoral. Quim Torra, presidente de la Generalitat, es quizá el último obstáculo a superar, porque el Gobierno tiene indicios de que ERC y el PDeCAT son proclives a dar vía libre a esos Presupuestos. Prefieren a Sánchez en La Moncloa antes que a cualquier otro, pero Torra, autor de un ultimátum al presidente del Gobierno, se ha resistido hasta ahora a hacer el mínimo guiño hacia el Gobierno central.
El presidente de la Generalitat ha intentado hasta el final esquivar reunirse con Pedro Sánchez en Barcelona. Presionado por su propio equipo de Gobierno, Torra tuvo que ceder y esta tarde se verá las caras con el presidente del Gobierno. Para el vicario de Puigdemont es todo un «marrón» y queda la incógnita de cuál será su actitud después de un encuentro del que nadie espera nada, excepto su celebración. Torra seguirá encaramado a su independentismo y Sánchez, obligado a rechazarlo, intentará transmitir que él ha demostrado su disposición al diálogo, pero que la otra parte sigue enrocada. No obstante, quien más arriesga es el líder del PSOE, sobre todo si muchos votantes socialistas en el resto de España –como los andaluces– no entienden ese «acercamiento» catalán.
Torra es probable que no se atreva a azuzar a los «borrokas» mientras el Gobierno se reúne en Barcelona, aunque nadie lo garantiza y los que le conocen aventuran que volverá a las andadas contra todo lo español. Sánchez, tras reunirse con el independentista, asistirá a una cena a la que acudirán los principales empresarios catalanes, organizada por Fomento del Trabajo, la patronal que preside Sánchez Llibre. Hasta que cerró la reunión con el presidente del Generalitat, el inquilino de La Moncloa alegaba problemas de agenda para confirmar si cenaría con unos empresarios a los que está seguro de convencer de las bondades de que haya Presupuestos. Además, para apuntalar su planes, el Gobierno aprobará la subida del salario a los funcionarios. Fue una medida pactada por Rajoy e incorporada a los Presupuestos aprobados en primavera y ahora vigentes, pero la aplicará Sánchez y se apuntará el tanto y acaso algunos votos. Mientras tanto, el Banco Central Europeo dejo de comprar deuda pública ayer, pero entre el «marrón» de Torra y los cambios de agenda presidenciales, pasó inadvertido, aunque es tan importante –o más– para el futuro de todo como el asunto catalán.