Opinión

Edad de piedra

Cuando me preguntan por qué, siendo catalán, no soy catalanista a pesar de que de una manera egoísta me podría interesar económicamente, siempre contesto que no es por altruismo, sino porque no me parece nada atractiva la idea de volver a la Edad de Piedra. Opino que es mejor ser clase media en la Edad Moderna que rico en el Pleistoceno.

Creo que eso es algo que no ha entendido Pedro Sánchez. Imagino que su intención, tal como le liaron hacia la encerrona del viernes, era sacar algún rendimiento simbólico de la cosa. Ya que sus socios independentistas le habían saboteado llevándole al terreno de los símbolos simplistas –exigiendo además sin avisar un trato de gobierno internacional a una región– decidió jugar en ese terreno de los símbolos y, la verdad, es que no con demasiada habilidad. Le puso el nombre de Tarradellas al aeropuerto del Prat para, haciéndolo también sin avisar, chinchar infantilmente a sus socios y guiñarles el ojo a Ciutadans. Para compensar, reivindicó luego la triste figura más que discutible de Companys. Al final, presumió de conciliación mientras los adolescentes separatistas andaban a pedradas por las calles. Si eso le pareció suficiente como botín simbólico, poco se llevaba de Barcelona. Pero al final, además cometió un error que condenó totalmente su apuesta. Fue marcharse a toda prisa tan pronto acabó el consejo. Porque muchos catalanes vieron como, sincrónicamente, dejaba a los policías de aquí recibiendo pedradas y los catalanes de a pie quedaban intentando solventar el lío de cómo llevar a los parientes hasta la estación o el aeropuerto navideño correspondiente. Dio la impresión de que nos dejaba el marrón y salía corriendo.

Entre eso y la renuncia a la palabra «Constitución» en el comunicado conjunto, no sé si Sánchez dejó tras de sí a muchos catalanes con ganas de votar al PSC. Y es que cuando uno pica en entrar en batallas simbólicas, lo primero que va a perder es la batalla intelectual. El único símbolo verdaderamente visible que se pudo sacar de esa jornada fue la enorme piedra, vista por todos en televisión, que lanzaban, peligrosa y violentamente, los CDR sobre los mossos: la Edad de Pedro, la Edad de Piedra.