Opinión
Los venezolanos lo primero
El apoyo a la democracia no puede tener fisuras, y como ya he expresado, todo régimen autoritario es cuestionable en esencia, pero produce mayor frustración cuando las filas del autoritarismo las engrosan regímenes primitivamente democráticos, aunque no lo fueran plenamente. La encrucijada que se vive en estos momentos en Venezuela solo puede ser resuelta de un modo, siempre se debe estar con el desarrollo democrático y su fortalecimiento, de tal suerte, que el apoyo internacional ante la disyuntiva que surge habrá de estar en todo caso por el apoyo al regreso a la senda democrática para que el País vuelva a ser una democracia real, abandonando todo atisbo de autoritarismo.
No cabe duda de que en el concierto internacional hay más intereses que el puro anhelo de que los venezolanos puedan gozar de un sistema democrático y poder expresarse en unas elecciones libres, existen intereses geoestratégicos y económicos, especialmente en las grandes potencias; pero incluso, aunque aquellos tengan su peso, los intereses que vayan acompañados del superior designio por devolver a Venezuela al concierto democrático estarán inmersos en un esfuerzo de plena justificación, porque aquél fin es primordial y necesario. España, no solo porque es una democracia plena y consolidada, sino por los especiales lazos que nos unen al país, debe estar al lado de Venezuela, de la Democracia y de los venezolanos, haciendo todo lo posible, tanto de forma unilateral, como en el seno de la Unión Europea, para que la democracia alcance a Venezuela.
Para ello, son necesarias unas elecciones libres y justas en las que se garantice la seguridad de los votantes; para poder conseguirlo, es necesario un previo escenario de libertad donde las diferentes opciones políticas puedan consolidarse, donde puedan expresar sus ideas a través de medios de comunicación también libres, y todo ello, en un contexto en el que el pueblo venezolano tenga garantizadas sus necesidades vitales, lo cual también requerirá mucha ayuda internacional; para lograr este contexto resulta necesario superar la actual coyuntura que está impidiendo que todo aquello sea una realidad. No podemos olvidar que lo más importante no son las relaciones internacionales, ni las geoestrategias políticas, sino la gente, los ciudadanos que necesitan con urgencia un marco vital y político que les permita desarrollar sus derechos en libertad. Los venezolanos se lo merecen.
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