Opinión

Fichaje

«Fichaje» es el término habitualmente utilizado cuando se logra incluir a un jugador de élite en un club deportivo. Se realiza el fichaje después de llegar a un acuerdo con el jugador y su representante, que obtiene una sustanciosa comisión a la firma del contrato. El fichaje, en general, conlleva un traspaso contractual ordenado del club anterior al nuevo. Sin embargo, en los últimos tiempos, en los medios se habla sobre todo de «fichajes» políticos. («El partido Cual ficha al mediático señor Tal». Etc.). Los partidos «fichan» (¿contratan?) a los componentes de las listas que presentan al Congreso, Senado, la Eurocámara, o ayuntamientos importantes. Cada día nos anuncian algún nuevo fichaje, y la sensación es que todos los sillones (y tumbonas) de la administración pública están sometidos a un movimiento vertiginoso, como en las atracciones de feria.

Lo sorprendente es que, en estos agitados días, se hable de «fichajes» de políticos con idéntica naturalidad con que se especula sobre los mismos en la sección de Deportes. Estábamos acostumbrados a que los deportistas de élite cambiaran de equipo, de escudería o de liga. Pero con los políticos, esto no solía pasar. O solo pasaba un poco. Cuando alguien salía de un partido, lo habitual era que se fuese a su casa aprovechando el impulso de la patada en el trasero que le habían dado. Eso, o atravesar la siempre agradable puerta giratoria. En todo caso, nadie cambiaba tan radicalmente de ideología al pasar de un partido a otro.

Ahora, sin embargo, algunos partidos se encuentran con tal necesidad de miembros para nutrir sus absorbentes filas que, a la que se descuidan, se les cuelan delincuentes convictos, impacientes por convertirse en aforados... En los partidos políticos está ocurriendo igual que en los clubes de fútbol: que los aspirantes a congresistas, senadores, eurodiputados o alcaldes, van de un partido a otro, de unas siglas a otras, como los futbolistas famosos. Y que, de no ser por la camiseta, por el anuncio publicitario partidario, no sabríamos distinguir a los (h)unos de los (h)otros. ¿Se pedirá a los flamantes fichajes políticos que firmen también una cláusula de remuneraciones en escala, según las temporadas que aguanten en el partido político, con recompensas y bonus dependiendo de objetivos (cumplidos)...? Me pregunto. O sea.