Opinión

España, un estilo de vida

En «Meditaciones del Quijote», Ortega escribe «un pueblo es un estilo de vida, y como tal, consiste en una modulación simple y diferencial que va organizando la materia en torno». Creo que esto es lo que más define al pueblo español como realidad constatable, un estilo de vida que nos diferencia de otros y que, a pesar de nuestra propia diversidad, nos hace reconocibles como un todo desde el exterior. Se dice que el español es un pueblo problemático porque no cesa de interrogarse sobre su propia identidad y su destino, mas esta problemática en mi opinión no manifiesta debilidad, sino por contra, una gran fortaleza que nos conduce a una vocación de permanencia. Soy consciente de que afirmar esto en un momento como el actual en España puede parecer una boutade, pero creo firmemente en ello. Unamuno definía uno de los rasgos más relevantes del ser colectivo de España con el termino enormidad, y no puedo estar más de acuerdo. Pocos países resisten la diversidad de una forma tan exitosa, y ello, porque con este permanente cuestionamiento y búsqueda de lo que es España, se está admitiendo el ser español como algo colectivo y trascendente. Incluso los que niegan España sin querer la afirman y de forma inconsciente se funden en el proyecto común aun cuestionándolo. De cada encrucijada que como colectivo nos hemos enfrentado hemos salido más reforzados, y ello, pese a quien pese. La tendencia a la dispersión en España es tan peligrosa como adventicia, y como tal hay que tratarla. Surge de cuando en cuando, exigiendo que nos prepararemos para las turbulencias y los traqueteos, pero no por ello la debemos asumir como algo esencial de nuestro espíritu como ser colectivo. Lo que es España lo define muy bien el concepto español como lengua española, cuando utilizamos español como adjetivo integra al resto de las lenguas habladas en España como españolas, porque así lo son y así lo establece nuestra Constitución, pero cuando lo empleamos como sustantivo identifica una lengua hablada por más de cuatrocientos millones de personas en el mundo, y esto no hace a nadie de más o menos, tan solo es lo que es. Como decía también Ortega invirtiendo el cogito cartesiano, existo luego pienso, porque primero se vive y se es, y luego se conceptualiza.