Opinión

El umbral de la crisis

La teoría del caos explica como sistemas hasta ahora considerados deterministas y previsibles tienen muchos límites en dicha previsibilidad, es decir, no eran tan útiles como se creía a la hora de predecir eventos futuros. Esta teoría se ha utilizado en campos como la meteorología para explicar la inexactitud y la dificultad para obtener resultados previsibles de la realidad. Quizá el efecto mariposa sea el más conocido, el cual nos recuerda que pequeños cambios en las condiciones iniciales crean grandes diferencias respecto al resultado final, con lo que una gran mayoría de los sucesos y sistemas no resultan totalmente predecibles.

En este ámbito también se distingue un primer nivel de caos en el que los sistemas no reaccionan a las predicciones que se puedan hacer sobre ellos, por ejemplo, el tiempo, y el nivel dos en el que los sistemas pueden reaccionar ante la previsión, como ocurre por ejemplo con las bolsas de valores, algo que ha exigido un control en el uso de la información privilegiada para no alterar su comportamiento, limitación inimaginable en la meteorología. Esta teoría inspirada en las ciencias naturales es aplicable a las sociales, por ejemplo, la política, pudiéndose aplicar para la comprensión y control de los sistemas sociales, estableciendo un sistema de parámetros objetivos para estos procesos que trascienda y explique en forma objetiva el resultado que obtiene cada sociedad de las luchas entre los distintos sectores que se disputan el poder.

El poder se ejerce por personas y es una experiencia compartida, incluso en un sistema dictatorial todo depende de cuanta libertad ilusoria se haya creado. La teoría del caos ha creado un concepto aplicable a la política, el umbral de crisis; determina un momento en cualquier sistema que cuando pierde tanta energía que no puede mantener su organización interna, se alcanza este umbral de crisis, y una vez traspasado solo se tienen dos opciones, o se transforma en algo diferente a lo que era antes de llegar al umbral de crisis o se disuelve. Estos umbrales de crisis se han alcanzado muchas veces y es crucial preverlos para evitar la disolución de las democracias. En las democracias actuales se puede estar perdiendo energía a través de la limitación de libertad individual por lo fácil que resulta manipular la masa, algo peligroso.