Opinión
Personalización para mantener al cliente en el centro de las organizaciones
El uso de
metodologías específicamente diseñadas para tener a la persona en el centro de cualquier experiencia se ha convertido
en una obligada actividad de innovación
a la hora de hacer Experiencia de Cliente.
En el siglo XXI, la innovación tecnológica tiene protagonismo relevante en la
transformación de la sociedad; tanto, que ya se habla de transformación global y no sólo de transformación digital.
La nueva pareja que acompaña a la dupla Persona-Cliente es Tecnología-Innovación. Los focus
group, la investigación del cliente, la definición estratégica de
objetivos, la exploración de ideas (incluidas las locas…), el prototipado y evaluación de las soluciones, etc, siguen
siendo igual de válidos que antaño. Pero hoy, la omnipresente tecnología en nuestras vidas cotidianas, nos lleva a
reflexionar sobre la influencia y
posibilidades que ofrece en el diseño
innovador de la Experiencia de Cliente.
Datos, el nuevo petróleo
Desde que
existen los departamentos dedicados a Inteligencia de Cliente, y de esto hace
ya muchos años, la información era y sigue siendo el activo sobre el que tomar
las decisiones estratégicas y tácticas, tanto en lo relativo a cliente
(segmentos) como a producto y/o servicio.
Este
paradigma sobre los datos crece exponencialmente con la aparición del Big
Data y las posibilidades que ofrece, especialmente, respecto a la
información no utilizada hasta ahora y que genera una capacidad competitiva muy
diferenciadora.
Se trata
de capturar la información no
estructurada, procesarla y accionar en base a ésta. Pues el objetivo último
de la ingente cantidad de información disponible, previamente capturada y
procesada, es ser activada; es decir, que genere
una acción relevante en la experiencia
de cliente.
Pero,
¿cuál es uno de los principales retos? Las capacidades de captura de la
información no estructurada, más allá del CRM, procesado y accionado, pueden
verse sometidas a la exigencia del
tiempo real, que requiere que los datos se capturen en ese mismo momento,
que se procesen y que se activen nada más son capturados. Esto exige disponer
de tecnología. Plataformas de analítica
que puedan abordar los datos en tiempo real, de forma automatizada, a gran escala
y a través de algoritmos implementados
en máquinas, que proporcionan esa capacidad de procesamiento que, a través
de la dedicación de personas, no sería factible.
Hacia los sistemas de IA
La inteligencia artificial (IA), que es la “inteligencia” creada por hombres en máquinas que, intentamos que
piensen como humanos (automatizan actividades como la toma de decisiones, la
resolución de problemas y el aprendizaje), se presenta como la solución
tecnológica innovadora para mejorar la experiencia de cliente. En otros
términos, la IA es cualquier técnica que
habilita a las máquinas a imitar la inteligencia humana en la mejora de la
experiencia relacional con la empresa y la optimización de la experiencia de
cliente con rentabilidad.
No es nueva,
en los años 50 ya empezaron a verse
los primeros pasos en IA. Al hablar sobre ella, hay que destacar dos ramas: Machine
Learning y Deep Learning.
- Machine
Learning: se refiere al subconjunto de IA queincluye técnicas
estadísticas para el desarrollo de algoritmos cuyo rendimiento mejora a
medida que son expuestos a nuevos datos. El aprendizaje automático o
aprendizaje de máquinas es el subcampo
de las ciencias de la computación y una rama de la inteligencia artificial,
cuyo objetivo es desarrollar técnicas que permitan a las computadoras aprender.
Por ejemplo, el motor de sugerencias de precios de Airbnb, que tardó meses en desarrollarse y obtener cinco mil
millones de datos, tiene dos componentes principales: modelado con algoritmos y
aprendizaje automático (Machine Learning). Una característica de AirBnb presente desde 2015, es una guía
de actualización constante que les dice a los anfitriones, para cada día del
año, qué probabilidad tienen de obtener una reserva al precio que tienen
actualmente elegido. Los anfitriones pueden echar un vistazo a un calendario y
ver en qué fechas es probable que se reserven a su precio actual (verde) y
cuáles no (rojo), y también pueden recibir sugerencias de precios.
- Deep
Learning: es el subconjunto de Machine
Learning compuesto de algoritmos que
permiten el auto-entrenamiento para realizar tareas como el reconocimiento del
lenguaje natural o de imágenes, basado en redes neurales expuestas a
ingentes cantidades de datos. El aprendizaje profundo es un conjunto de algoritmos de clase aprendizaje
automático que intenta modelar abstracciones de alto nivel en los datos. Un
ejemplo de dicha abstracción puede ser el reconocimiento de caras en una foto o
vídeo en tiempo real. El sistema ha de ser capaz de reconocer lo que para
nosotros es una cara, dentro de la escena que captura, basándose en unos
patrones que han sido entrenados con un alto volumen de escenas previas.
Lo cognitivo como objetivo principal
Con la
singularidad tecnológica y el transhumanismo llamado a las puertas, las características
cognitivas inherentes a los seres humanos conforman
uno de los primeros objetivos de la
inteligencia artificial.
El
transhumanismo (abreviado como H+ o h+) se entiende como un movimiento cultural
e intelectual cuyo objetivo final es transformar la condición humana mediante
el desarrollo y la fabricación de tecnologías ampliamente disponibles, que
mejoren las capacidades humanas, tanto a nivel físico como psicológico o
intelectual.
Por otro
lado, vamos camino de lograr la singularidad, entendida como concepto de
aquello que es poco frecuente, fuera de la común o asombroso. La singularidad
tecnológica hace referencia a un hipotético momento en el cual el desarrollo de
la inteligencia artificial provocaría un profundo cambio en la sociedad. Para
que la singularidad tecnológica sea posible, se necesita que la inteligencia
artificial supere a la inteligencia humana.
Teniendo
en cuenta esta realidad, la inteligencia
artificial está enfocándose de forma absolutamente relevante en aquellos
sentidos cognitivosde
las personas como son la vista (reconocimiento visual), el habla y la
audición (lenguaje natural). Ya se aplica la IA para: predecir olores, para la
optimización de la inversión publicitaria, para ver la eficacia de la
estrategia de marketing de contenidos… Y, sin duda, vendrán más.
Ya he
comentado cómo un algoritmo es capaz de
capturar imágenes donde reconocer caras e identificar personas o reconocer el
lenguaje natural para mantener una conversación y extraer entidades e
intenciones.
De igual
forma, un algoritmo puede predecir el
abandono de un cliente tomando no sólo los datos transaccionales del CRM
(ventas, número de transacciones, life-time-value…), sino que puede añadir el comportamiento en su
huella digital como nueva variable de cálculo. El reconocimiento del lenguaje
natural permite captar características
codificadas en las expresiones que utilizamos las personas cuando hablamos.
Dichas características aportan connotaciones de personalidad y tono que un
algoritmo puede interpretar, como el rango emocional, la extroversión, la
responsabilidad, la cautela, entre otras.
Los chatbots
o asistentes virtuales constituyen
otros ejemplos donde la inteligencia artificial está aportando sus capacidades,
concretamente en el campo de los modelos conversacionales.
Dichos
modelos de conversación, en formato de chatbot,
pueden ser utilizados para notificar eventos, distribuir contenido, activar
clientes, dar soporte, escalar conocimiento, etc… El modelo conversacional está
basado en un conversación escrita o hablada, donde además de extraer las
entidades e intenciones contenidas en la misma, se puede obtener un análisis
del tono y de la personalidad de la persona que ha realizado la conversación.
La tendencia es hacia el dibujo de los rasgos
de personalidad que permitan una mejor personalización para el cliente. La
inteligencia artificial puede ayudar identificando de forma dinámica aquellos
atributos que identifican a las personas, y que hacen que los grandes segmentos
se conviertan en un nuevo conjunto de segmentos más pequeños, donde la
personalización es más selectiva, generando segmentos que antes no existían y
que pueden ser activados con actividades
de marketing muy concretas. El marketing
predictivo, por tanto, debe basarse en estos sistemas innovadores, que en
ningún caso deben matar la experiencia humana, sino todo lo contrario.
En el
libro ‘Customer Experience. Las claves de la
experiencia del cliente en la era digital cognitiva’ (ESIC),
que recientemente he escrito junto a Mikel Díez, recogemos una entrevista a David Vivancos, Artificial Intelligence
& Data Sicence Advisor CEO MindBigData Deep Learning & Brain, en la que
nos comenta que “vamos hacia un ser
humano que tenderá a aumentarse mediante tecnología, por lo que el concepto
que hoy conocemos de «humano» está evolucionando, yo creo que será una fusión.
No será, por supuesto, la «robotización» tal y como se entendía hasta hace unos
años, la idea es que no exista esa diferencia, es decir que no puedas por
ejemplo identificar si la respuesta que la empresa da a un cliente, la está
suministrando un robot y no un ser humano, y estamos muy cerca de que esto sea una realidad”.
En
palabras de Álvaro Ortín, CEO Enzyme
Advising Group, “combinar lo automático y lo humano nos llevará a sistemas híbridos donde cada usuario
encontrará la experiencia que mejor se
adecúe a su perfil más allá de lo tecnológico y donde el perfil emocional y
perceptivo será un valor añadido que la IA tendrá en cuenta”.
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