Opinión

El "escollo" son ellos

Por imperativo laboral, llevamos media semana recordando el aniversario de la llegada del hombre a la luna y, la otra media, como siempre, observando a los políticos de aquí y allá. Qué paradoja que Donald Trump, el presidente del racismo, el machismo y la soberbia, el mismo que desearía desterrar a determinadas congresistas a los países de sus ancestros, sea el que ahora quiera colocarse la medalla de enviar por primera vez a una mujer a nuestro satélite, allá por 2024. El populista Trump no da puntada sin hilo: 2024 sería el último año de su potencial segundo mandato en la Casa Blanca, qué mejor manera de coronarlo.

Con la luna ha especulado públicamente la diputada del PSOE por Castellón, Susana Ros, negando la gesta espacial. «¿Después de 50 años no hemos vuelto a ir? Sospechoso», escribió Ros, tan pancha, ignorando las restantes cinco misiones al satélite, tras la del Apolo 11. Doce hombres han pisado ya el suelo lunar, señora. Le convendría a Susana Ros, para empezar, un encuentro largo y reposado con su compañero de partido, ministro en funciones de Ciencia y Tecnología. No sé si Pedro Duque la mandaría de inmediato al rincón de pensar, como Felipe González.

En todo caso, me temo que este es el nivel de bastantes diputados.

No nos fiamos de nuestros representantes, así lo reflejó el último CIS y ellos, lejos de resultarnos ejemplares, siguen enzarzados los unos con los otros, bloqueados en modo bucle, empezando por el presidente en funciones. Afirma ahora Pedro Sánchez que Pablo Iglesias es su gran escollo, veta en público al líder de Unidas Podemos en sus planes de Gobierno, explica que Iglesias no defiende la democracia española por sostener que en nuestro país hay presos políticos. Me pregunto en qué momento el señor Iglesias ha opinado de otro modo, excusas baratas.

En el otro lado, la formación morada confirma que no va de farol torpedeando, con su único representante, un gobierno socialista en La Rioja. Iglesias quiere vicepresidencia y ministerios, no cederá a las presiones, morirá matando la próxima votación de investidura. Su última consulta telemática a las bases no deja de ser un recurso interesado para reafirmarse en sus intenciones. El tiempo corre y aquí seguimos todos mirándoles. Ellos, los políticos, son nuestro gran escollo.