Opinión

Malabarismos electorales

El sobreactuado anuncio a través de un medio de comunicación, por parte del Gobierno, de proceder a desbloquear 4.500 millones para las CCAA en 10 días, pone de manifiesto dos cosas: una, que se debe reformar el modelo de financiación de la CCAA, y especialmente los cálculos, sometiéndolos a un automatismo contable una vez fijados los criterios de cálculo, y otra, que la actuación de este Gobierno en funciones es una suerte de juego malabar electoral, ejerciendo sus funciones con una teatralidad dirigida exclusivamente al fin electoral y ventajista.

Los obstáculos legales y contables que impedían realizar las entregas a cuenta a las CCAA, una vez que el presidente de Gobierno nos ha conducido a unas nuevas elecciones, parecen haber desaparecido por arte de la magia electoral, y de no poder entregar más de siete mil millones, han surgido como en una lamparita mágica los instrumentos necesarios para desbloquear la entrega de más de cuatro mil. Un Gobierno que se encontraba en funciones, puesto que recordemos es el conformado antes de las últimas elecciones de abril, y que seguirá en funciones tras las nuevas elecciones, parece que ahora se encuentra en una nueva situación que le permite hacer esto, rememorando los viernes sociales de la anterior campaña electoral.

Un presidente en extrañas funciones ha provocado un primer cambio de Gobierno a través de una moción de censura, ha provocado las elecciones de abril tras un adelanto electoral que obligó a realizar dos inéditos procesos electorales en el plazo de un mes, y por último, ha provocado las elecciones del 10 de noviembre. Y mientras tanto, se somete la financiación autonómica a una especie de anuncio electoral a través de un periódico, en vez de sentarse con todos los presidentes de las CCAA, como por ejemplo le reclama la Presidenta Díaz Ayuso.

Cuando alguien dijo aquello de que el dinero público no es de nadie parece que estaba vaticinando algo de lo que está ocurriendo, pero el dinero público es de todos, de la comunidad, y no pueden primar criterios electorales en su uso ni a través de viernes sociales, ni de viernes electorales. Cuando se juega con la financiación autonómica no se juega solo con las autonomías, se están comprometiendo los servicios públicos y las necesidades de los ciudadanos.