Opinión
Cohesión y lealtad
Alemania tiene una sólida tradición federal que ha caracterizado su sistema político a lo largo de la historia, y así, Tácito ya señaló en sus Anales que las tribus que vivían en Germania no mostraban ninguna inclinación particular a someterse a un gobernante, y solo en situaciones de emergencia acataban las órdenes de un superior. El sistema federal alemán no es quizá sobre el papel el mejor modelo, los Länder que componen el sistema político-administrativo alemán son un entramado de controles y contrapesos que hace difícil construir consensos y ha generado disfuncionalidades, pero el sistema tiene un remedio muy eficaz que hace de Alemania un país muy fuerte y con un alto grado de unión, la lealtad de los landers. Esto es lo que ha permitido que, durante la pandemia, con tan solo las leyes de salud pública y el ejercicio de consenso horizontal con los länder que ha concitado la canciller Merkel, se haya luchado contra el virus con una cohesión nacional inusitada, y ello sin acudir a medida excepcional constitucional alguna. España es también un país compuesto, aunque no federal, sin embargo, el gobierno solo ha encontrado en el estado de alarma la única solución para garantizar una lucha unida y articulada con mando único. No pretendo con estas líneas hacer un estudio de las alternativas al estado de alarma que las hay, sino exponer que las mejores armas para defenderse de una situación como la actual, son un Presidente que ejerza su labor desde la verdad y con el único fin de dar salida a los problemas que ha provocado y va a provocar el covid, y no otros; y, por otro lado, la lealtad de todas las comunidades autónomas, algo que en España no está garantizado en todas y cada una de ellas. No hace falta que haga mención expresa a qué comunidad y a qué gobierno autónomo me estoy refiriendo, cuyo presidente pareció entender al principio de la crisis que el virus tenia vecindad civil. La inmensa mayoría de las comunidades, especialmente Madrid, nunca han cuestionado el mando único, lo que se propone es esa horizontalidad en la toma de decisiones de la que Merkel ha hecho tanto ejercicio. Solo la lealtad y no el BOE asegura la unidad, y con unidad, la suficiente fortaleza.
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