Opinión

El poder sanador de la enfermedad

Soy de la opinión de que no hay enfermedades sino enfermos. Que la enfermedad tiene un componente o, incluso un origen, emocional o psicológico, es muy antiguo. Somos cuerpos emocionales, con sus conflictos y sus sueños, con sus vivencias y sus pérdidas. No es fácil vivir la vida humana con todos los retos y frustraciones que supone. La inmensa mayoría no está bien preparada para lidiar con la aventura de vivir. Quizá requiera de muchas vidas o ‘cursos’ para avanzar y lograr una cierta competencia. En su libro “The healing power of illness” (el poder sanador de la enfermedad), escrito por Thorwald Dethlefsen (psicólogo) y Rüdiger Dahlke (médico), hacen hincapié en la parte psicológica de la enfermedad como expresión de los conflictos emociopsicológicos que todos tenemos, dependiendo de cómo los abordamos, así enfermaremos o no, como oportunidad o vía para tratar de solucionar el conflicto. Tratar la enfermedad (síntomas) con fármacos, obviando el origen (causa psicológica), es poner parches y más parches que no resuelven ni a la corta ni a la larga aquello que la psique trata de sanar. El miedo a vivir, los conflictos que nos quitan la respiración, se manifiesta en los pulmones. Cuando nos duele respirar la vida, cuando optamos por el miedo a vivir, y por relaciones que nos asfixian, lo mostramos con los pulmones, por ejemplo. Quien sufre del corazón, en verdad sufre de incomprensión emocional de sus propias emociones, no atiende a su sentir y pretende vivir siempre en su cabeza ignorando el corazón proverbial. No somos carne, huesos y sangre, somos algo mucho más grandioso más allá de ese cuerpo físico. El hecho de que, en la actualidad, existan hospitales, tratamientos médicos muy avanzados que nos solucionan, aparentemente, nuestras dolencias físicas, nos hace vivir al margen o de espaldas a nuestra realidad emocional. De hecho, mucha gente no quiere acudir a consulta (ya sea de psicólogo, psicoanalista, coach, terapeuta…), porque nos han hecho creer que es de débiles, pues los fuertes lo resuelven todo por ellos mismos. Nada más lejos de la realidad. Aquellos que deciden sanar su alma, que de verdad quieren asumir las riendas de su vida, se buscan un buen profesional que les ayude a sanar la psique trayendo a la luz las partes negadas de sí mismos a nivel psicológico. La zona de sombra (C.G.Jung), es a donde largamos todas las partes incómodas o conflictivas de nosotros. Siendo todo eso negado de nosotros lo que nos hace sentirnos atraídos hacia personas que ‘tienen en la luz’ esas partes negadas (espejo). De nuestra aceptación y sanación de esas partes que vemos en los demás, la relación será más o menos tormentosa, más o menos sanadora. Los miembros de una pareja se relacionan con la ‘sombra’ de cada uno de ellos con el fin de darse la oportunidad de sanar. La mayoría, acaba por divorciarse después de una relación sumamente tormentosa que no solucionó nada. Algunos, más afortunados, resolvieron sus conflictos antes de partir. La solución, la cura, la respuesta, como siempre, está dentro de nosotros, nunca afuera.