Isabel Díaz Ayuso

Ayuso-Sánchez, boxeo en La Moncloa

Estas reuniones acostumbran a ser, dicho con todo el respeto, grises y anodinas, mientras que un combate entre Ayuso y Sánchez siempre es un espectáculo memorable.

No hay duda de que se trata de una relación imposible. El encuentro entre Sánchez y Ayuso fue otro combate de boxeo sin que el primero pudiera desplegar sus dotes empáticas que serían sus «superpoderes», algo de moda ahora que se ha estrenado la película la «Viuda negra», protagonizada por Scarlett Johansson. Los superhéroes son los modernos dioses y semidioses de la mitología greco-romana o nórdica. La conclusión final es que los pobres mortales eran los que sufrían las consecuencias de sus luchas más mundanas, por cierto, que divinas. La política se ha convertido en una lucha permanente sin cuartel. Con la presidenta madrileña no sirven paseos por los jardines de La Moncloa y la consiguiente parada en la fuente donde Machado y Guiomar se mostraban su amor. No hay buen rollo posible como se pudo comprobar con la rueda de prensa posterior. Hace unos meses vimos la sobreactuación de la cumbre de banderas en la Puerta del Sol, que parecía una reunión de la OTAN, mientras que este viernes constatamos que la comunidad se erige en el principal bastión del antisanchismo. Los dos púgiles son educados, pero igual de duros e inflexibles.

Ayuso se siente muy cómoda en el plano de la lucha ideológica, porque tiene una oposición inexistente y poco voluntariosa, salvo la excepción de Más Madrid, en la asamblea madrileña. No es que le preocupe mucho Mónica García y sus escuálidas huestes, aunque al menos ofrecen algo de espectáculo y no son malos sparrings. Al menos le sirven de entrenamiento para el combate de más alto nivel con el presidente del Gobierno. Es lógico que le resulte más estimulante hablar de los indultos, el respeto al ordenamiento constitucional y la unidad y el prestigio de España. Por ello, aprovechó para arremeter afirmando que «España está secuestrada en manos de minorías que la odian y nos recuerdan que quieren acabar con ella». No hay duda de que Ayuso, al igual que su rival, es una máquina de producir titulares y dar noticias. Es algo que no sucede con otros responsables autonómicos. Estas reuniones acostumbran a ser, dicho con todo el respeto, grises y anodinas, mientras que un combate entre Ayuso y Sánchez siempre es un espectáculo memorable. Lástima que no se pueda retransmitir en directo.