Partido Popular

De potencial salvadora a «pluma» al desquite

El problema de la escritora, Su Señoría, no estuvo nunca en conspiraciones mediáticas ni en intoxicaciones oficialistas

Los libros venden siempre bien cuando se publicitan como un desahogo sin filtros contra todo aquel que no te ha seguido en el camino. Cuando piensas que tienes un potencial muy por encima de la media, y que todos los demás están equivocados, menos tú, es difícil aceptar el debate ni que te cuestionen. Todos nos equivocamos, y todos estamos sometidos a crítica. Pero hay un matiz importante que calibra la entidad del error y la oportunidad del empujón, y es si hay motivo interesado, económico o sectarismo estrictamente ideológico, en las razones que te llevan a golpear con saña. El problema de la escritora, Su Señoría, no estuvo nunca en conspiraciones mediáticas ni en intoxicaciones oficialistas.

Sabe, aunque le venga bien ocultarlo, que en el partido no la querían de vuelta con Pablo Casado. Dispara contra quien lo dice y lo escribe, y ni suma ni resta a los que intenta difamar en su trayectoria profesional por no callar lo que se cocía y se cuece dentro de la organización que hoy sigue representando. También entra en su derecho criticar a la autoridad de su partido, y vender más ejemplares a costa de ello. Ahora bien, si vamos a hablar de principios y de política regeneradora, con mayúsculas, habrá que contarlo todo, ¿no? Y responder a todas las preguntas, no sólo a las que te interesan. ¿Qué apoyos tiene dentro del PP? ¿Es un problema con un secretario general y, de nuevo, con un presidente nacional, contra los que se revuelve porque no han sido lo dóciles que ella esperaba, o es un problema general con toda la estructura? ¿Cómo es posible que ese nuevo PP, el PP en el que recuperó la confianza tras coquetear con otros espacios, haya tenido que romper lazos con ella y situarse en el mismo sitio en el que ya estaban los demás barones y la mayoría de los cargos territoriales del partido? Madrid es un microcosmos en el que el PP tiene miedo, quizás no tanto por ella como por el daño que le puedan hacer los que la rodean, pero fuera de Madrid no la quieren ni en la estructura orgánica ni en la militancia. No se sienten representados por su discurso, que puede enlazar con los Aznar, San Gil.., hasta Aguirre, ni tampoco por sus formas. Y decir esto se basa en contrastar, preguntar, sin intereses ni cobros revertidos. Ni seguir guiones de nadie, por más que moleste. Y decirlo, no niega que ella tenga otras buenas razones.