Política

La cobardía de Alberto Garzón

La inconsistencia es la consecuencia de su contumaz ignorancia en cuestiones complejas

El ministrillo de Consumo mantiene un plácido silencio ante la subida del precio de la luz. Tras el fracaso estrepitoso de su patética huelga de juguetes este domingo, cabía esperar que dijera o hiciera algo sobre una cuestión que sí afecta a todos los españoles, pero se siente muy cómodo y feliz sentado en el consejo de ministros. Hace unos años, concretamente en 2017, ante una subida del 10% de la luz, afirmó que «ningún gobierno decente debería tolerarlo». Como era previsible, en las redes sociales han estallado llamándole indecente. Donde las dan, las toman. No esperaba ningún gesto heroico de Alberto Garzón, pero lo sucedido es una buena oportunidad para que reflexione sobre su incoherencia. No puede aducir inexperiencia porque es un político bregado, a pesar de su juventud, pero nunca pensó que entraría en el Gobierno. Eran los pijo progres que salían a las calles para gritar «no nos representan», pero ahora forma parte de la casta, tiene coche oficial, suculentos gastos de representación y un elevado sueldo que no cobraría en la vida profesional. Los comunistas pasan de revolucionarios a conservadores cuando consiguen alcanzar el poder.

No le voy a llamar indecente haciendo un gracioso juego de palabras con lo que decía antaño, pero sí dos cosas que le definen sin lugar a dudas: populista e incoherente. El populismo es algo trasversal, porque afecta tanto a la derecha como a la izquierda. Es algo consustancial al comunismo. No hay soluciones fáciles a problemas complejos salvo para los demagogos. Es una lástima que un economista tenga tan pocas luces, aunque superar una carrera no es ninguna garantía. En alguna ocasión he comentado que es una persona de trato agradable a pesar de ser un fanático y un sectario. La opinión que tenía de él cambió cuando aceptó un ministerio irrelevante con tal de ocupar un cargo bien retribuido. Es lógico que las palabras se las lleve el viento y que la indecencia sea una condición que sólo aplique a sus rivales. La inconsistencia es la consecuencia de su contumaz ignorancia en cuestiones complejas, porque no ha dedicado tiempo, ni entonces ni ahora, a estudiarlas. Es evidente que su gobierno podría hacer muchas cosas para bajar el precio de la luz, pero no las hace.