80.000 EUROS

Pinchazo de la huelga de juguetes del ministro Garzón

Medio centenar de personas participó en el acto simbólico que se celebró en el parque del Retiro

Con un acto en el Teatro de Títeres del parque de El Retiro (Madrid), el ministro de Consumo, Alberto Garzón, puso ayer punto final a su polémica campaña de concienciación protagonizada por juguetes con la que pretendía denunciar el sexismo y los estereotipos de género, que según él, representan los distintos muñecos o juegos con los que se divierten los menores. Una campaña que arrancó el pasado jueves con un polémico vídeo protagonizado por muñecos que, puño en alto, anunciaban una huelga simbólica que se materializó ayer.

Ni medio centenar de personas acudió hasta el emblemático parque madrileño para secundar este llamamiento, pese a las buenas temperaturas que ayer se disfrutaron en la capital y que animaban a pasar un día en familia. Quienes participaron se encontraron un escenario en el que dos animadores acompañados por un oso gigante bailarín cantaban canciones infantiles frente a una mesa con juguetes amontonados. Tras la música y los bailes, el oso de peluche se dirigió a los presentes y aseguró que «llevamos años soportando que nos encasillen, que nos digan que fuimos creados solo para jugar con niños o solo para jugar con niñas. ¡No tiene sentido y no podemos más! Por eso, decimos: ¡basta!»

Entre los presentes en el acto se encontraba el titular de Consumo, Alberto Garzón, asegurando que «unos juguetes libres de estereotipos permiten que la infancia se divierta con total libertad y despliegue toda su potencialidad en la edad adulta». En su opinión, «hay que seguir insistiendo en este tipo de mensajes porque la publicidad dirigida al público infantil también ayuda a conformar su identidad».

La simbólica huelga de juguetes coincide con la campaña de Navidad del sector cuyas ventas durante estas fechas representan en torno al 70% del total. De hecho, la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ) cargó contra el ministerio por esta campaña ya que, según un comunicado emitido por la patronal, en 1993 el sector juguetero fue «el primero» en adoptar un código ético en publicidad en España.

La iniciativa de Garzón recuerda a la que promovió hace un año el Ministerio de Igualdad –en manos también del socio minoritario de la coalición, Unidas Podemos– en la que sentenciaba que el color rosa «oprime» y «reprime» a las niñas, y que también fue muy polémica. No en vano, la campaña de Consumo ha tenido un coste de más de 80.000 euros, una cifra nada desdeñable que indigna a muchos usuarios de las redes sociales que durante la jornada de ayer criticaron esta iniciativa que consideran estéril. No en vano, este monto pudo haberse destinado, precisamente, a la compra de juguetes para niños cuyos padres no pueden costearlos.