Tomás Gómez
Feijóo contra Le Pen
El PSOE carece de liderazgo andaluz, que supone un nuevo fracaso interno territorial de Sánchez
Desde el entorno de Feijóo trasladaron que los barones populares tomarían las decisiones referentes a las comunidades autónomas, pero, en Andalucía ha decidido hacerlo él.
La batalla se librará entre PP y Vox. El resultado de Le Pen en Francia no ha pasado desapercibido en la calle Génova y, temiendo que la racha de crecimiento de Vox tome carácter exponencial, Feijóo ha decidido jugársela adelantando unos meses las elecciones andaluzas.
La situación es difícil. Un resultado como el de Castilla y León y un nuevo gobierno de coalición con la extrema derecha, desmontarían la estrategia de moderación y viaje al centro político en que se basa la carta de presentación del gallego.
Además, la consecuencia para la política nacional de una normalización de la ultraderecha en los ejecutivos es que la ultraderecha subiría como la espuma porque, en primer lugar, servirían de refugio a buena parte del voto contra el sistema, tal como se ha evidenciado en Francia en el que incluso votantes de izquierda les han prestado su apoyo.
En segundo lugar, quedaría diluido el temor que generan en buena parte del electorado. Ni que decir tiene que el famoso “efecto Feijóo” quedaría enterrado para siempre.
Si, por el contrario, los cálculos de Génova son correctos la consecuencia será que los aires de cambio en Moncloa inundarán el clima de opinión y, probablemente, el PP liderará todas las encuestas futuras retroalimentando así, la convicción de un relevo en el gobierno.
La operación entraña muchos riesgos. Hasta el momento, Vox no ha necesitado ni estrategia mediática ni moderación en las formas para avanzar en apoyos. De hecho, ni errores tan notables como la moción de censura que Abascal protagonizó y en la que quedó de manifiesto su falta de habilidad parlamentaria le han erosionado.
Por primera vez en la historia de la democracia, el PSOE es un invitado de piedra que ni está ni se le espera. La inquina de Sánchez contra Susana Díaz y los errores consecutivos que ella ha protagonizado han dejado sin fuerza a la federación socialista más potente electoralmente en otro tiempo.
El PSOE carece de liderazgo andaluz, que supone un nuevo fracaso interno territorial de Sánchez que se suma a otros como el de Madrid, y el liderazgo nacional no genera simpatías ni entre la sociedad española ni entre los votantes de izquierda.
En resumen, el futuro de España se lo juega en Andalucía el PP en solitario.
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