Sanidad Pública

De médicos

El poder siempre anda en la falsa cresta de la ola, siempre tiene quién le atienda una urgencia

Estoy de médicos, que a partir de una edad es como «estar pa talleres». El asunto es que no funcionan esos talleres. Tampoco muchos otros de lo público, pero es que los talleres sanitarios son un derecho y una necesidad vital. Si no funciona una administración cualquiera te exasperas, si no funciona la sanidad te mueres. Y últimamente están muriendo muchos. Personas no tan mayores ni víctimas del virus perenne. Muere mucha gente de cáncer, del corazón, y de la autodestrucción. Y es trágico.

Los médicos se ponen en huelga y los políticos han tomado sus reivindicaciones, y a ver. Porque el poder siempre anda en la falsa cresta de la ola, siempre tiene quién le atienda una urgencia. Y no saben lo que es tener un tremendo dolor o miedo y que no te cojan el teléfono. Y que cuando te lo cogen te citen a un mes. O como el caso de Pedro, que testimonió aquí su amargura, tres años y medio en lista de espera y sin que le arreglen el cuello malherido por una hernia. Pastillas sí conseguimos todos, pastillitas que nos seden acaban apareciendo, ¡qué negociazo el farmacéutico!

Pero nuestras médicas y médicos escuchadores y animosos están mal también. Están alejados, desbordados y enfadados. Y, como es natural, lo pagamos los pacientes. El otro día una traumatóloga me sentó tan lejos de su mesa, por miedo al Covid, supongo, que estuve a punto de pedirla un megáfono. Tampoco me palpó donde me dolía. Se limitó a pedirme pruebas y más pruebas que llegarán a sus manos demasiado tarde.

Los sanitarios, desde médicos hasta limpiadoras, han tenido que bregar con una pandemia desconcertante y terrible y con unos gestores desconcertantes y terribles. Los pacientes, muy a menudo, también estamos desconcertados y actuamos de forma terrible, así que nuestros aplausos ya no les sirven. Ahora necesitan recursos, dignidad en su trabajo y respeto. Y más vale que los gobernantes se pongan las pilas y recuerden que ellos también son mortales.