La Cruz del Valle y los hornos crematorios de Auschwitz

El secretario de Estado de «Memoria Democrática» ha concedido una entrevista para ayudar al Gobierno a intentar lavar la cara de la «Ley Bildu», que ha merecido un rechazo unánime de la oposición y de todos los protagonistas de la Transición, tanto desde las filas de la UCD como del PSOE, así como incluso de diversos ministros de Gobiernos socialistas de Felipe González, que además han firmado un Manifiesto al respecto.

En el intento ha dejado algunas afirmaciones que clarifican lo que el sanchismo piensa al respecto, como acerca de la «resignificación» del Valle de los Caídos. Para ello, se ha permitido conceder que la Gran Cruz que preside la Basílica del Valle –la mayor del orbe cristiano– no será derribada emulando a los terroristas del DAESH, lo que es de agradecer, por tratarse de un «símbolo del nacionalcatolicismo… y retirarla sería como retirar los hornos crematorios de los campos de exterminio nazi».

Al memorístico democrático secretario de Estado habrá que recordarle que se denomina «Transición» el periodo que media entre la muerte de Franco –por cierto, ocurrida en la cama de un hospital de la Seguridad Social, fundada por él– y la aprobación de la Constitución el 6 de diciembre de 1978 mediante referéndum popular por amplísima mayoría de los españoles.

Para que viera la luz la Ley que su Gobierno ha pactado con Bildu, aunque previsiblemente por poco tiempo, han decidido escribir una Historia de España que satisfaga a sus compañeros de viaje, hasta ahora comúnmente conocidos por la historiografía como la «antiespaña», ya que persiguen su desaparición. Precisamente –explica el alto cargo– para que nadie ose saltarse impunemente lo que Bildu opina de España, han establecido un riguroso régimen sancionador. Por ejemplo, afirmar lo que acabo de decir respecto al lugar donde falleció Franco podría ser considerado como apología del franquismo y por tanto sancionable. Pero es lo que un servidor estudió como opositor al Cuerpo Nacional de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, y no creo estar equivocado. Otra cosa es que esa Ley y la verdad histórica sean incompatibles, lo que suele suceder con países donde gobiernan los comunistas, como ahora ocurre entre nosotros.

También es oportuno recordarle al secretario de nuestra personal Memoria de la Historia, que antes de aprobar la Constitución hubo unas elecciones libres y que las Cortes surgidas de ellas aprobaron una amnistía para todos los delitos cometidos por sus socios antifranquistas así como la Constitución de la concordia entre españoles, que sus amigos terroristas quisieron impedir. Y por cierto, que se abstenga de ofender a los católicos españoles.