Política

Ministerios de pancarta

Montero es el paradigma de esa extrema izquierda eternamente adolescente que, tras asaltar los cielos, ha inventado la política cuántica

No son precisamente dos días los que lleva la andadura del gobierno de coalición de socialistas con la izquierda podemita-comunista y da la sensación de que, en el caso de estos últimos llegados con escasa o casi nula experiencia a las tareas de la gestión pública, no se manifiesta un excesivo interés por pasar del eterno pedaleo de pancarta reivindicativa, tan cómodo como efectivo cuando se está en la oposición, a una asunción de responsabilidades propias de cualquier gobernante que se precie y algo tan natural como responder de los aciertos o errores en el negociado que se dirige presupuesto en mano.

Tal vez el caso más paradigmático sea en este sentido el del Ministerio de Igualdad, cuya titular Irene Montero –muy preocupada como todo el mundo sabe por enarbolar inoportuna e incomprensiblemente en su día la defensa de la reina de los reality show «Rociíto»– no parece darse por aludida ante la ecuación que sitúa la manera de afrontar la violencia de género cuando se está en la oposición o cuando se está en el gobierno y se dispone de medios para combatirla, o sencillamente ante la cruda realidad de que desgraciadamente los casos de fallecimientos por esta lacra han aumentado con Podemos en el gobierno y con este específico ministerio dotado paradójicamente de una abultada inversión. Irene Montero –que continua condenando «a la carta» la violencia machista según en qué espectro ideológico se produzca– no para de presumir de unos avances que ni están ni se les espera teniendo en cuenta las cifras de víctimas el presente y el pasado año aumentando en lugar de decrecer según cifras del propio INE –con permiso de Nadia Calviño, Instituto Nacional de Estadística– y mostrando el alarmante incremento del 9,35% en 2021, casi ciento sesenta mil víctimas por violencia de género. Con esos mimbres resulta todavía más sonrojante la reacción del ministerio cuando se suceden los casos por esta violencia limitándose a establecer enérgicas condenas, pero sin ofrecer explicación alguna a propósito de la responsabilidad de gobierno a la hora de no conseguir disminuir la lacra a pesar del pingüe presupuesto del que se dispone. Montero es el paradigma de esa extrema izquierda eternamente adolescente que, tras asaltar los cielos, ha inventado la política cuántica. Se está en la oposición pancarta en mano y en el gobierno pisando moqueta mientras se dispone del confort del conveniente manejo de presupuesto…y a vivir, que la legislatura enfila su año final.