Musical

Historia interminable

Los protagonistas expresan, con simbología y canciones, mensajes claros y potentes para todos los públicos. El principal, es que es preciso ser valiente para que nadie abuse de nadie

Las películas que marcaron mi infancia fueron muchas pero me quedo con cuatro: Tobi, E.T., Los Goonies y La historia interminable. Pues los nostálgicos (y los niños) estamos de enhorabuena porque el musical basado en esta última película, podrá verse hasta el 27 de noviembre, con funciones de martes a domingo, en el Teatro Calderón de Madrid. Tras meses de minuciosa preparación de escenografía, vestuario, peinados, bailes de diferentes estilos… un elenco de 35 actores da vida a los personajes ideados por Michael Ende.

La escenografía, creada por Ricardo Sánchez Cuerda, recrea un mundo de fantasía que te atrapa desde el comienzo de la obra hasta el último segundo, en el que los protagonistas expresan, con simbología y canciones, mensajes claros y potentes para todos los públicos. El principal, es que es preciso ser valiente para que nadie abuse de nadie, y que los libros nos ayudan a crecer pero también a refugiarnos en un mundo paralelo lleno de fantasía y posibilidades, cuando la realidad nos hostiga, oprime o asusta.

Uno de los momentos más emotivos es el vivido en el pantano de la tristeza. Efectivamente esa emoción engulle a quien la siente y le impide avanzar. El protagonista ha de seguir sin su compañero de viaje, preso en dicho pantano.

Tanto Atreyu como Bastian hacen vivir al público todo tipo de emociones que el apasionante cuento publicado en 1979 y traducido a más de 36 idiomas, sigue transmitiendo.

Su banda sonora, compuesta por Iván Macías y Félix Amador, nos traslada a diferentes lugares donde nos deleitamos con las criaturas que los habitan.

Una gran producción musical que nos introduce en un mundo mágico lleno de mensajes que conducen a la introspección, a vivir conscientemente, a llenar el vacío que la ambición sólo empeora, bajo un lema: haz lo que quieras.

Solo un matiz, como dijo el sabio y santo San Agustín: «ama y haz lo que quieras».