Opinión
Futuro incierto tras el «midterm»
Contrariamente a lo previsto por todas las encuestas, que apuntaban a una clara victoria republicana en las elecciones del «midterm» –mitad del actual mandato presidencial de Joe Biden– pendiente de cerrar el escrutinio en algunos Estados, lo único que apunta a estar controlado por los republicanos, es la House, la Cámara Federal de Representantes en Washington.
En el Senado, en el momento de escribir, hay todavía una disputa entre «rojos y azules» hasta el último momento por obtener la mayoría, que exige de los republicanos 51 escaños, frente a 50 para los demócratas que controlando la Casa Blanca tienen la mayoría con el empate a 50. (Curiosidad a retener es que en EEUU, a diferencia nuestra, los «azules» son el partido «progre» o demócrata, y los «rojos» son los conservadores o republicanos). Si se acaba de confirmar lo ya conocido, la popular e inquieta Nancy Pelosi, perdería la presidencia de la Cámara, lo que es una de las novedades de este «Election Day».
Importante noticia es que el gobernador republicano de Florida, Ron DeSantis, ha sido reelegido por muy amplia mayoría, significando para su partido algo parecido a lo que representa en España –salvando las distancias– Isabel Díaz Ayuso para el PP, por su política frente a la ideología LGTBIQ en la educación, y ante el aborto en defensa de la vida, entre otras cuestiones.
En Estados Unidos los medios ya apuntan a unas primarias entre DeSantis y Trump para la próxima candidatura presidencial, cuando a priori parecía asegurada la del ex presidente, lo que ahora no es extrapolable entre Ayuso y Feijóo. Por lo que respecta a los gobernadores sometidos a elección, el resultado final está en el aire en varios de ellos, pudiendo hacerse un balance global de la jornada menos dolorosa para Biden de lo que se preveía, aunque la mayoría azul de la House no le garantiza tranquilidad para la segunda mitad de su mandato.
Definitivamente no ha habido una ola de cambio trumpista sino una ajustada victoria lo que aumenta, en lugar de disminuir, las incógnitas para el inmediato futuro no sólo en los EEUU, sino a nivel geopolítico global, ante los retos que Occidente debe afrontar por las graves consecuencias derivadas de la guerra en Ucrania. Con un liderazgo muy debilitado de Biden y sin una alternativa clara de Trump, la posibilidad de un próximo «adiós a las armas» se aleja, cuando el invierno augura para los ucranianos y los europeos en general, unas temperaturas a las que la crisis energética no aporta garantías de protección.
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