Política

En la Moncloa vuelven a escuchar a Serrat

Sánchez, a su regreso de Bali, espera que esta sea una gran semana

Juan Manuel Serrat, mítico para las generaciones de la Transición, cantaba aquello de «hoy puede ser un gran día plantéatelo así». Iván Redondo, ahora observador y algo más, en sus tiempos de protoasesor, convenció a Pedro Sánchez de que, en política, el «tempo» fundamental es la semana y que, como dirían los asesores de inversiones, lo ocurrido en los siete días pasados no presupone lo que ocurrirá en los siete días siguientes. La semana pasada fue más que agridulce para el inquilino de la Moncloa aunque para lo que más le interesa, quizá fue negativa. El presidente logró en la cumbre de Bali unas fotos, en plena charla informal con Biden, Macron y Scholz, impagables, que volverá a exhibir para convencer a unos y otros de que es todo un estadista. Sánchez disfrutaba como miembro de lo que alguien ha calificado como la «camarilla de Bali», mientras en España casi todo eran problemas. Por una parte el enredo por descafeinar los delitos de sedición y malversación para asegurar el apoyo de los indepes de ERC, que esperan un Código Penal para volver a las andadas. «Bajamos el precio para cuando lo volvamos a intentar», comentó este fin de semana Oriol Junqueras en una reunión de su partido. Por otra, la aplicación del la ley del «solo sí es sí» y los exabruptos de su ministra Montero –a la que no puede destituir– contra los jueces, ha colocado al Gobierno ante todas sus contradicciones y con problemas aparentes incluso en el PSOE. Aparentes porque los teóricos barones díscolos, Page, Vara y Lambán, expresan reticencias ante la reforma de la sedición, pero solo para salvar la cara ante sus clientelas. Nunca se rebelarán contra el jefe. Lo del «solo sí es sí» es más complicado, pero ahí están Iglesias, Montero y Echenique para ser señalados. Iglesias, por cierto, se la tiene jurada a Sánchez y le pondrá zancadillas –ya se las pone– pero esa es otra historia.

Sánchez, a su regreso de Bali, espera, sin embargo, que esta sea una gran semana. Hoy mismo intentará –con las ventajas que le ofrece el reglamento y el presidente de la Cámara– darle un repaso en el Senado a Feijóo, que tiene muy difícil ganar con ese formato. Además, el jueves, después de tres días de debate en el pleno –en los que la mayoría de diputados no saben lo que votan– de las innumerables enmiendas presentadas, el Congreso aprobará los Presupuestos, nuevos impuestos demagógicos incluidos y el domingo, por aclamación, será elegido presidente de la Internacional Socialista. En la Moncloa, lo tienen claro: puede ser una gran semana y tararean, «plantéatelo así», mítico Serrat.