Economía
El casi Nobel catalán, por si acaso
«Mas-Colell pide equilibrio porque invertir en Toledo no es invertir en Madrid, pero invertir en Lleida cuenta como en Cataluña»
Josep Pla (1897-1981), siempre vigente, ya escribió en 1931 que «la política catalana tiene un aspecto caótico e interesante. Fuera del ámbito catalán esta política difícilmente se comprende». Más de noventa años después se ratificaría y quizá extendiera ese juicio a toda España, aunque Cataluña insista en destacar. Pere Aragonés, presidente de la Generalitat, asistirá en su papel institucional a la cumbre hispano-francesa en Barcelona. Mientras se reúna con Pedro Sánchez y Enmanuel Macron, las bases de su partido ERC, protestarán en las calles contra esa misma cumbre. «Caótico e interesante». «El nacionalismo es el hambre de poder templado por el autoengaño», advirtió Ortega (1883-1955). El catalán Andreu Mas-Colell ha sido el español que más cerca ha estado del premio Nobel de Economía. Catedrático de Economía de Harvard, fue consejero de Economía de la Generalitat (2010-2016), con Artur Mas en la presidencia. También está considerado como el padre intelectual de un grupo de economistas –técnicamente muy brillantes–que derivaron hacia el independentismo.
Mas-Colell, mantiene su influencia con escritos y presencia pública, siempre desde posturas catalanistas, aunque sin reclamar de forma expresa la independencia. A veces, los argumentos de un «casi Nobel» no resultan asequibles para los más humanos. En un artículo en La Vanguardia «Next Generation: por si acaso» advierte que quizá no todos los proyectos que se financien con esos fondos merezcan la pena. Añade que «nunca es bueno gastar por obligación», reclama que se financien todos los buenos proyectos que estén sobre la mesa y que se tenga en cuenta el equilibrio territorial. Y ahí el magisterio del «casi Nobel» parece menos claro: «La simetría –escribe– con Madrid no es completa. La distancia entre Madrid y Toledo es de 73 kilómetros. Entre Barcelona y Lleida, de 154. Pero invertir en Toledo no es hacerlo en Madrid, mientras que invertir en Lleida cuenta como en Cataluña». No es fácil de entender, al menos para la mayoría que no es «casi Nobel». Más allá, Conde-Pumpido, como quería Sánchez, ya es presidente del Constitucional, con mucho que interpretar, no solo en Cataluña. Todo caótico e interesante y difícil de comprender, como dejó escrito Pla.
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