
Las correcciones
7 de octubre de 2023: el día que nunca debió ocurrir
Hamás tiene seguidores, pero también detractores que le acusan de la destrucción en Gaza
Los israelíes se sentían inmunes hasta el 7 de octubre de 2023. La fortaleza del Estado de Israel les había inoculado una sensación de seguridad que se desvaneció abruptamente tras los monstruosos atentados de Hamás. Unas 1.200 personas, en su mayoría civiles israelíes, murieron, y 251 fueron arrancadas de sus casas y tomadas como rehenes en Gaza. Los israelíes estiman que 20 siguen todavía con vida, y 28 están muertos, pero exigen el retorno de todos. Los atentados desencadenaron una devastadora respuesta militar por parte de Israel en Gaza, en la que se calcula que más de 66.000 palestinos, en su mayoría civiles, han fallecido. Entre ellos, se habla de 18.000 niños. Es, de lejos, la guerra más destructiva y sangrienta entre árabes e israelíes en este siglo de conflicto interno.
Hamás infligió a los israelíes un golpe traumático que todavía no han superado, pero no consiguió alterar la balanza de poder de Oriente Medio. Más bien, lo contrario.
Cuando se cumplen dos años de guerra sin cuartel, el brazo militar de Hamás, responsable de los ataques, ha sido prácticamente desmantelado por las Fuerzas de Defensa Israelíes. En este segundo aniversario del horror, se ha visto obligado a aceptar el plan de Donald Trump. Se ha resignado a ceder poder a los tecnócratas de la Autoridad Palestina y parece dispuesto a desmilitarizarse, si eso le permite sobrevivir, pero quiere negociar una potencia de fuego. Hamás mantiene su popularidad entre los árabes, aunque también ha sumado detractores que le responsabilizan de la destrucción y muerte en la Franja de Gaza.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, también ha sido forzado a aceptar el acuerdo. Israel y Hamás no se han sentado juntos en el balneario de Sharm el-Sheikh, a orillas del Mar Rojo. Han sido los funcionarios egipcios y cataríes los intermediarios, y los estadounidenses, la fuerza decisiva. A Egipto han viajado el negociador jefe de Trump para Oriente Medio, Steve Witkoff, y su yerno, Jared Kushner. Trump podría desplazarse en las próximas horas a la región.
Los europeos se han quedado fuera, pero quieren tener voz y voto en el proceso de paz para la Franja de Gaza. El ministro alemán de Exteriores, Johann Wadephul, y su homólogo egipcio han acordado organizar una conferencia de reconstrucción en El Cairo. Europeos y árabes abogan por una fuerza de seguridad internacional que pueda operar en la Gaza de posguerra y proponen una resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Trump apadrina este proceso, pero los europeos y árabes quieren llevarlo a Naciones Unidas para apuntalar, de paso, el tambaleante orden internacional basado en reglas.
Netanyahu, por su parte, está luchando por su supervivencia. Los israelíes le siguen viendo como el responsable de una cadena de errores que provocaron que el 7 de octubre de 2023 fuera el día más mortífero para los judíos desde el Holocausto. Él quiere ganar tiempo, pero la gran parte de la población espera la vuelta de los rehenes y el fin definitivo de la guerra. Dos años después del horror, se ha abierto una puerta para silenciar las armas, aunque el conflicto armado ha dejado atrás demasiadas vidas inocentes. Después de tanta muerte solo queda una certeza: 7 de octubre de 2023 nunca debería haber ocurrido.
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