Tribunales

Ábalos, tras una orden de pago a Koldo: "Si aún me lo pudiera deducir"

Las conversaciones que la UCO ha trasladado al juez apuntalan los distintos pagos que Koldo hizo a exparejas de Ábalos por orden del exministro

El juez cita de nuevo a Ábalos y Koldo García tras el informe de la UCO sobre sus vínculos económicos
El juez cita de nuevo a Ábalos y Koldo García tras el informe de la UCO sobre sus vínculos económicosEuropa Press

La nueva oleada de mensajes analizados por la Unidad Central Operativa (UCO) incorporados ya al sumario del «caso Koldo» acreditan que los pagos de quien fuera asesor de José Luis Ábalos de los que sospecha la Guardia Civil también se extendieron a alguna de sus entonces parejas.

Pero entre todo ese trasiego de mensajes, llama la atención el comentario que hace el ex secretario de Organización del PSOE el 11 de mayo de 2021, apenas dos meses antes de ser cesado, tras ordenar a Koldo: «Ingresa 100 a Michel que no tiene ni para comida». El todavía titular de Transportes ironiza al respecto: «Si aún me lo pudiera deducir estos donativos de la renta!!!». «Tú eres la polla», le jalea su entonces asesor y hombre de confianza.

La sucesión de órdenes de pago es continua. Así, tres días después Ábalos comenta en otro mensaje a Koldo: «Mira si le puedes ingresar 300». «5m voy», se apresura Koldo García. «Rozalia nombre», le aclara su jefe, que incluso añade el apellido de la agraciada.

Conversación entre Koldo y Ábalos en mayo de 2021
Conversación entre Koldo y Ábalos en mayo de 2021La Razón

Dos semanas después, el 3 de junio, Ábalos se interesa por otra entrega. «Le has dado dinero a And? Cuánto?», asegura en lo que parece una referencia a una de sus parejas. «1000», responde Koldo, a lo que su jefe da el ok.

Ese mismo mes, el 15 de junio, se sucede otra conversación entre ambos, y de nuevo con otro pago de por medio. «Ingresaste a Carlos los 400?», quiere saber el ministro. «Sí. Y a la niña. También. Por?», replica su subordinado ante un Ábalos contrariado porque, al parecer, al destinatario del ingreso «no le llega».

«Y de Tati tienes número de cuenta?», le pregunta también Ábalos respecto a su hija Tatiana. «Sí me lo diste una vez». «Te mando». Pero Ábalos se impacienta. «Pero hiciste las transferencias?», vuelve a la carga. «Una en cajero. Y otra desde mi cuenta», le aclara Koldo.

"Confírmame si le das dinero a Andrea"

«Y no tienes justificante», se interesa el titular de Transportes. «Pues no Jefe lo siento», se excusa él, que no obstante le pide «30 segundos» para efectuar ese pago. «Carlos dice que no le llega», reitera su jefe. Pasado un rato, Koldo le traslada que «ya lo tiene». «Qué son dos ingresos?», se extraña Ábalos. «Una más de 400. Es que no me dejaba no sé por qué. Pero mañana lo miro. Y Tati igual», le contesta su asesor, que le pide que compruebe que todo está correcto. «Está ok con Carlos», escucha finalmente decir a Ábalos.

Un día más tarde, el 16 de junio, el todavía ministro vuelve a dirigirse a su asesor por un asunto parecido. «Confírmame si le das dinero a Andrea» (supuestamente Andrea de la Torre, una de sus exparejas). «Si 333».

El 26 de junio, cuando sin saberlo afrontaba sus últimos días como ministro de Pedro Sánchez, Ábalos seguía preocupado por esos pagos a Andrea. «Le diste a Andrea», pregunta a Koldo. «Claro», le responde. «Cuánto». «1000. Más viajes. 200. Más taxis quise decir». En esa misma conversación, Ábalos le envía un link con información sobre un ático de 46 metros cuadrados en la calle del Cactus del barrio de Valdeacederas, en el distrito de Tetuán. Pero añade en otro mensaje «esta es el que más me gusta», en referencia a un piso de 80 metros cuadrados en la avenida de Manoteras, en el barrio Virgen del Cortijo.

Y a continuación, vuelta a lo mismo: «Mira a ver si puedes ingresar a Rosa 300». «Número de cuenta», le pregunta su asesor. «No la tienes? Te la envié una vez», se extraña. «Creo que ponía Rozalía». Y vuelve a apuntar: «Si aún desgravaran estos donativos». «Va a ser que no», ironiza Koldo.

"Están muy bien las dos la verdad"

«Oye perdona te dije que ya está el dinero vale hace rato», comenta entonces el asesor de Ábalos. «Están muy bien las dos la verdad», le tranquiliza. «De lujo».

«El de las escaleras me encanta», dice el ministro. «La finca y todo». «Y con plaza de garaje», puntualiza Koldo. «Que eso es la ostia». «Me interesa conseguirlo y se lo alquilo yo a Andrea», tercia Ábalos. «El de las escaleras». «El martes lo cerramos», dice su entonces asesor.

Tres meses antes, el 25 de marzo de 2021, Andrea («Andrea Málaga», según la tenía registrada Koldo en su teléfono), recurre al asesor de Ábalos porque le urge pagar una habitación de hotel. Previamente, Koldo le había facilitado por correo la carta de un restaurante donde debía cenar esa noche, el Bistro Mar Blau de Palma de Mallorca. «Cena de hoy», le escribe por la aplicación.

«Estoy en el aeropuerto ya», le comenta ella, que parece tener otras urgencias más perentorias. Tras cuatro llamadas de voz perdidas en apenas 40 segundas, le alerta: «Koldo necesito pagar la habitación». «Son los 140 más 60». «No», responde él incrédulo. «Sí sí me lo está diciendo la chica», replica ella, que le facilita un número de tarjeta. Koldo se pone manos a la obra: «Ahora te digo».

Pasados diez minutos, le solicita «otro número que sale en la tarjeta» para «poder ingresar». «O tienes un número de cuenta», le pregunta. Andrea le contesta: «Tengo pero no consigo activar lo de pagar con el móvil». «Así que nada».

"Un monumento hay que hacerte"

Un minuto después Koldo dice: «Espera que lo estoy haciendo». Para poco más tarde informarle de que le está haciendo el ingreso «en la cuenta de correos». «En esa tarjeta», le precisa. «Gracias Koldo», respira aliviada. «Lo siento vaya día te estoy dando». «Ya lo tienes», le escribe Koldo. «225». «Para la habitación». «Dame un segundo Koldo», contesta Andrea. «Ya está voy a pagar. Un monumento hay que hacerte, en serio», le ensalza. Solventado el pago de la habitación, no se olvida del menú de la cena: «A mí pídeme canalones».

Los nuevos mensajes acreditan que el exministro socialista utilizaba de forma periódica a Ábalos para que pagara en efectivo o hiciera transferencias a sus «amigas». Una de ellas, en concreto de la Comunidad Valenciana, viajó en tres ocasiones para mantener encuentros con Ábalos. Además, en diferentes fechas le solicitó a que le ayudara económicamente porque iba a perder su casa.

La cantidad oscilaba entre los 100 y los 400 euros. En uno de los mensajes incluso le pidió que le buscará trabajo. Ábalos reenvió esa solicitud a Koldo García quien afirmó: «Lo intento».

En relación con otra de estas mujeres, cuya identidad no se desvela, Ábalos requiere otro pago en efectivo. La cantidad que le abonó Koldo García fue de 1.000 euros.