
Aunque moleste
Balcanizar Nigeria
Los cristianos son la excusa, el objetivo es controlar el petróleo
Han resonado estos días las declaraciones de Gunther Fellinger John, comisionado de la Alianza Atlántica para la adhesión de Ucrania, Kosovo, Bosnia y Austria a la OTAN, tras afirmar Trump que está preparando una intervención militar en Nigeria para acabar con las masacres de cristianos en este país, uno de los más grandes de África. «Pronto –ha dicho Fellinger– Nigeria pasará a la historia, al igual que Yugoslavia. Debemos aprender a aceptar los hechos. La antigua Yugoslavia ya no existe y nadie la echa en falta, porque fue un estado fallido. Ahora es el momento de la “ex Nigeria”, y nadie echará de menos tampoco a este otro estado fallido». Semejante comentario, más propio de un nazi que de un alto cargo de la OTAN, viene a confirmar que la Alianza está preparando una intervención en el gigante africano con el claro objetivo de balcanizar Nigeria.
La excusa, las matanzas de cristianos. La realidad, el petróleo y el gas de este inmenso país, «peligrosamente» cercano a China y Rusia. Lo de los cristianos es mero postureo: siendo verdad las matanzas, la realidad es que se vienen produciendo desde hace décadas y a nadie han importado. Los cristianos son también perseguidos y asesinados en Siria y Líbano, a veces por Israel, y ni EE.UU. ni la OTAN van a hacer nada por evitarlo. Si de verdad quieren acabar con las masacres, lo de Nigeria tiene fácil solución: bastaría derrotar a Boko Haram, la organización terrorista financiada por Qatar y Arabia Saudí, aliados USA, que quiere convertir Nigeria en un Estado cien por cien islámico. Pero el objetivo no es Boko Haram, sino descabezar al régimen, aliado tradicional de Washington que acaba de firmar un acuerdo de gran envergadura con China. La excusa de los cristianos es perfecta para convencer a la opinión pública occidental de la necesidad de intervenir. Trump está dispuesto, como le piden su industria militar y la OTAN, aunque de momento manda un mensaje sotto voce: habrá intervención salvo que se frenen los planes dentro de los BRICS y se garantice que el petróleo y el gas nigerianos son explotados por empresas norteamericanas. De lo contrario, los bombardeos vendrán y la balcanización también. Operación no fácil, pero para nada imposible. El núcleo operativo de EE.UU. en África es Camp Lemonnier en Djibouti, con 4.000 soldados. Otros 2.500 están en Kenia, Somalia, Camerún y Seychelles. Son fuerzas de inteligencia y operaciones especiales, no preparadas para una invasión. Desplegar unidades pesadas requeriría meses. No se puede improvisar. Sabremos si la amenaza va en serio cuando veamos cierto trasiego de unidades al continente negro. Con 220.000 soldados, Nigeria tiene las fuerzas armadas más grandes de la región, pero su aviación, inteligencia y armas de precisión, dependen cien por cien de EE.UU. Washington ha invertido más de 650 millones de dólares en su modernización, incluyendo aviones A-29 y misilística moderna. En el Pentágono creen que Nigeria les dura unas horas, sabiendo que ni Rusia ni China están en condiciones de evitarlo.
El país tiene unas reservas de petróleo potentes. No las de Venezuela o Irak, pero sí las más importantes de África. Y si un país tiene petróleo, siempre habrá un pretexto para la intervención. ¿Recuerdan Irak? En realidad, a Trump y a sus generales los cristianos les importan poco. Importa el petróleo.
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