Ventanilla única

Basta de burocracia imposible para nuestros mayores

De verdad que esas «brillantes» mentes pensantes que nos gobiernan no han considerado los millones de personas que ni se han enterado ni tienen capacidad para realizarlo

El Gobierno continúa empeñado en que los hogares españoles no descansen ni en su propia casa, que paguen cada vez más impuestos y que la burocracia los ahogue poco a poco. Ahora además quiere convertirlos en delegados sindicales de prevención de riesgos en el trabajo y expertos en Derecho laboral. Como los ciudadanos no tienen bastante con sobrevivir con un sueldo con el que apenas llegan a fin de mes, ahora también tienen que sufrir los efectos perniciosos de la sobrerregulación burocrática. Lo quieren hacer con los hogares más vulnerables, los de los mayores que viven con algún tipo de asistencia en su domicilio; ya no tienen nombre ni calificativo. Me explico.

A partir de noviembre, las familias que tienen de alta en la Seguridad Social a empleadas del hogar deberán tener actualizada la evaluación de riesgos laborales del puesto de trabajo. Esta nueva obligación –y ya no recuerdo cuántas van– fue aprobada en un real decreto, que dio seis meses de plazo para cumplir este paso, como si fuera un mero trámite para personas octogenarias y sin conocimientos digitales, y que a lo mejor no tienen familiares o amigos que les ayuden o que siquiera se hayan enterado de todo esto. Pues el Gobierno quiere que entren en la plataforma www.prevencion10.es para implementar las medidas preventivas necesarias para eliminar o reducir los riesgos detectados. Les obliga a que introduzcan los datos del empleador, de las personas que trabajan en casa y explicitar las tareas que realizan. Luego deben contestar una serie de preguntas sobre bloques diferenciados, y si se detecta algún riesgo, la propia web dice las mejoras y soluciones que deben adoptar. Tras la evaluación tienen que descargar un documento denominado «Plan de prevención de riesgos laborales», que deben firmar la persona empleadora y la empleada y guardarlo en casa por si a los pobres ancianos les abre un expediente la Inspección de Trabajo. No contentos con eso, deben tragarse una serie de materiales explicativos sobre prevención de riesgos laborales. El Ministerio, en un acto de enorme generosidad, ha puesto a su disposición un servicio de atención telefónica gratuito para resolver dudas. Pues me parece a mí que este enésimo burocratismo con el que nos ahogan va a colapsar este teléfono, que muchos considerarán de la esperanza. De verdad que esas «brillantes» mentes pensantes que nos gobiernan no han considerado los millones de personas que ni se han enterado ni tienen capacidad para realizarlo. En defensa de los derechos laborales de unos, pisotean los de otros, los de siempre, los que pagan y dan empleo.