Sin Perdón
¿Bildu es una formación democrática?
«Otegi no es un demócrata y nunca lo será, porque era un dirigente de una banda criminal»
Nunca hubiera utilizado el argumento de que Bildu es «una formación política democrática» como ha hecho la Fiscalía. Otra cuestión es aducir que no existen elementos, desgraciadamente, para su ilegalización y que cumple los requisitos formales. En los aspectos jurídicos, que son los fundamentales, no puedo discrepar del informe realizado por los fiscales Ana García León y Antonio Narváez. La democracia derrotó a Otegi y a sus amigos que querían imponer una dictadura en el País Vasco. No es una opinión, sino que es una realidad objetiva a partir de los documentos de ETA y sus organizaciones políticas. Otegi no es un demócrata y nunca lo será, porque era un dirigente de una banda criminal. No era un simpatizante o votante de su estructura política, sino que comulgaba con su concepción totalitaria. Es un indeseable con piel de cordero y no hay que confundirse sobre lo que es realmente EH Bildu. Otra cuestión es que la derrota final de ETA se certificó con el gobierno del PP cuando entregó las armas, que es el requisito fundamental para reconocer que dejaba de existir. Es un criterio internacional objetivo que se utiliza en este tipo de circunstancias.
No se puede decir que fue derrotada por el gobierno socialista, porque es una mentira. Lo hicieron los partidos democráticos, entre los que no estaba el entramado político de la banda; los jueces y los fiscales; las Fuerzas de Seguridad del Estado; las asociaciones de víctimas y el conjunto de la sociedad española. Se contó con un firme y decidido apoyo internacional. Es importante reconocer, entre otros países, el papel de Estados Unidos y Francia. No fue algo de lo que nadie se pueda apropiar en solitario como pretende el secretario general del PSOE. Es, además, un grave error y una manipulación de la Historia. Nunca entenderé que Sánchez prefiera pactar con Bildu antes que con el PP. Los dos grandes partidos constitucionalistas deberían tener unas relaciones más fluidas, pero el PSOE es prisionero, desgraciadamente, de sus pactos de investidura con comunistas, independentistas y filoetarras. No es lo mejor para España y nuestro ordenamiento constitucional.
Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)
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