A pesar del...

«Blue Lights»

No vemos solo a policías y delincuentes sino su lado humano y político

Este año se emitirá la segunda temporada de Blue Lights, la serie de la BBC que pudimos ver en Movistar+ el año pasado, y que es muy recomendable.

Tres novatos de la policía pasan su periodo de prueba en una comisaría de Belfast en la actualidad, y se ven envueltos en diversas aventuras, algunas muy peligrosas.

Ante esta descripción lo esperable es que usted proteste: «¡otra más, no, por favor!». Si lo hace, coincidirá con algunos críticos, que no la han apreciado, y han subrayado que algunos de los personajes pueden ser incluso patéticos.

Sospecho, sin embargo, que eso es precisamente lo que otorga a la historia mucho interés, porque no vemos solo a policías y delincuentes sino su lado humano y político. Este último aspecto es novedoso, porque se produce un choque entre las fuerzas del orden oficiales y el servicio secreto británico, cuya presencia, como escribió Rebecca Nicholson en The Guardian, «todo el mundo conoce y resiente, quizá lo único en lo que todos los protagonistas de Irlanda del Norte pueden estar de acuerdo». Esto cuestiona de manera inteligente el intervencionismo de las autoridades, que, allí como en tantos otros campos, es capaz de generar –junto con ese compañero inevitable de la acción humana: el azar–, mucho más daño del que pretende aliviar o resolver.

Se percibe ello en la serie, que un cuarto de siglo después de los Acuerdos del Viernes Santo, firmados en esa misma ciudad, recoge los ecos de la violencia terrorista y el sectarismo de una sociedad golpeada también por la mafia y el narcotráfico. Apuntó Ian Acheson en The Spectator que ello hace que Blue Lights sea «un drama policial casi perfecto», especialmente por Belfast, que «no es solamente la localización de la acción sino su razón de ser: la serie no solo analiza la labor de la seguridad del Estado en su conjunto, sino que la examina en un momento y un lugar concretos».

Los magníficos actores vuelven cercanos unos dramas personales de unos protagonistas que resultan a la vez vulnerables y creíbles. Después de todo, es incuestionable que no hay policía veterano que no haya sido un principiante, torpe e inseguro, pero también a menudo sacrificado y valiente. El lado humano de todo esto es retratado de forma sensible, cuidadosa e inteligente en Blue Lights.