El trípode

Campaña «institucional» y pornográfica

Han convertido al Ministerio de Igualdad en un Ministerio de la sexualidad, o más propiamente de la obscenidad.

La deriva obsesiva con la sexualidad que está tomando este «Gobierno de la gente» ha traspasado ya la línea roja del respeto a la educación, la intimidad, el buen gusto y hasta el sentido común. Han convertido al Ministerio de Igualdad en un Ministerio de la sexualidad, o más propiamente de la obscenidad. La secretaria de Estado del Departamento, ya conocida como Pam, ha ido incluso más allá del límite de lo admisible en un país y una sociedad que se suponen con autoestima y dignidad, y que no pueden aceptar y rechazan sus declaraciones y campañas publicitarias, por cierto no pagadas por ella sino con cargo a los impuestos que se pagan y no para semejantes obscenidades. El límite ha sido el «divertido» vídeo subido para celebrar su 8-M, en el que se lamenta de que la madre de Abascal no le hubiese abortado. Lo retiraron después, vista la reacción provocada, pero no es un hecho aislado en una cadena de obscenidades que refleja una mentalidad más propia del género pornográfico que de un Gobierno. No le falta razón a Vox para exigir su cese por una conducta que resulta inimaginable en cualquier país civilizado, y que coloca al sanchismo ante su espejo.

Como muestra de lo anterior, basta remitirse a la campaña publicitaria que está regando todos los medios con imágenes explícitas, que pretenden ser provocativas, de distintas situaciones en las que se dice cómo y cuándo hay que mantener relaciones íntimas, con el eslogan: «Ahora que ya nos veis, hablemos de feminismo». Esa es la manera de trabajar de este Gobierno «por una educación sexual para la igualdad», que es la rúbrica de la campaña institucional. Ese personaje pretende educar a los españoles en las prácticas sexuales de acuerdo con su concepto de la igualdad de la mujer, de su particular feminismo, que con su vídeo abortista e ideológico es auténtico «feminazismo».

A la ley para favorecer a violadores y maltratadores de las mujeres se suma la de su aborto eugenésico -sí, eugenésico ya que lo facilita más cuando se trata del feto de un disminuido- llegando a la barbarie de la ley trans que ya está trastornando a adolescentes que consideran que viven en un cuerpo equivocado bajo la influencia que les ocasiona una política educativa y de comunicación dirigida a esa finalidad antinatural. Conviene analizar la escalada de conductas suicidas entre adolescentes que están denunciando profesionales de la educación preocupados por esa deriva. Después de la del «solo Sí es Sí», viene la del «solo Trans es Trans».