El trípode
Ante candidatos terroristas, «quien calla, otorga»
La irrupción de EH Bildu con sus 44 etarras convictos, confesos y no arrepentidos como candidatos en las elecciones municipales, le ha ocasionado un drástico trastorno en su deseada plácida campaña.
A Sánchez no le estaba saliendo mal su deseo de marcar la agenda política nacional ante el próximo 28 de mayo, para la que nada menos que la comienza hoy en Washington en la Casa Blanca con Joe Biden, del que parece haberse transformado últimamente en un entusiasta colaborador. Quizás pretenda borrar así de la memoria ¿histórica?, la ridícula escena de la conversación que había intentado mantener pegado a él mientras el presidente estadounidense se dirigía hacia el Salón plenario en la sede de la OTAN en Bruselas, ignorando completamente a su persona. Por un lado la ley de Vivienda y la oferta continuada de miles y miles de pisos «dignos» y públicos, y por el otro, la inacabable puesta en escena de la última versión del comunismo con la marca blanca «Sumar» de su vicepresidenta Yolanda Díaz, estaban actuando como auténticos señuelos, tapando otros asuntos inconvenientes para sus intereses políticos. Pero la irrupción de EH Bildu con sus 44 etarras convictos, confesos y no arrepentidos como candidatos en las elecciones municipales, le ha ocasionado un drástico trastorno en su deseada plácida campaña. Ha recordado a los españoles que esa formación ahora convertida en socio prioritario del sanchismo, sigue manteniendo una muy estrecha relación con quienes encarnan la trágica historia de la organización terrorista que llenó de sangre y dolor a familias de toda España durante más de 40 años con 856 asesinatos a sus espaldas. La reacción de la ministra podemita Irene Montero resulta tan desoladora como significativa al proclamar que EH Bildu es una formación «democrática» por lo que «no hay nada que objetar al respecto». En este caso es una cualificada ministra de su cogobierno que tiene en Podemos a su indispensable socio para existir, la que legitima plenamente a los Bildutarras para que no haya dudas al respecto. Sánchez había afirmado en reiteradas ocasiones, y con aparente convicción, que con Bildu «no pactaría nunca». Hoy lo hace en todas las instancias donde le conviene, sea en Navarra, en el País Vasco o a nivel nacional. «No todo lo que es legal es moral», y esta actuación es profundamente inmoral al tratarse no de ex etarras arrepentidos, –lo que sin duda hubiera sido aceptable– sino de quienes sin retractarse de sus crímenes, son presentados como candidatos a regidores de los ayuntamientos en localidades donde todavía viven familiares de sus víctimas. Es inimaginable una situación así en una sociedad civilizada y democrática, pero es el sanchismo. Ayer, todos los ministros socialistas e independientes se escabulleron de los medios negándose a dar la cara. En este caso sí que es aplicable que «quien calla, otorga».
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