Sin Perdón
La carta de inmunidad para los independentistas
«Con respecto a la constitucionalidad, no hay que preocuparse ya que los pumpidazos resuelven esas minucias»
Hasta el final del Antiguo Régimen, los juristas tenían que ser buenos conocedores de la Historia del Derecho para moverse entre la hipertrofia provocada por las contradicciones existentes en el sistema normativo. Había que acudir a la raíz de cada una de ellas para llevar el procedimiento a buen término. Este conocimiento sobre la Historia es algo que encuentro a faltar actualmente, porque hubiera resuelto con facilidad los problemas del sanchismo con la inconstitucional amnistía. De lo que se trata es de otorgar una carta de inmunidad, como se hacía en la Edad Media, para establecer unos privilegios a un territorio. En este caso, se trata de Cataluña. En primer lugar, se decide una inmunidad de jurisdicción penal a todos los que tengamos la «nacionalidad» catalana o si se prefiere matizar, para no incluir a los constitucionalistas, solo a los independentistas. La carta de inmunidad establecería los privilegios y las exenciones que tendrían todos los seguidores de Puigdemont y Junqueras. Eso de la igualdad es una pintoresca excentricidad que se incluyó en la Constitución, pero que no debería aplicarse a los territorios privilegiados como Cataluña o el País Vasco.
Esta solución historicista resolvería, también, el problema de los sucesivos cambios que quieren incluir Junts y ERC con el apoyo del resto de grupos que son enemigos de España y de la Constitución. Con respecto a la constitucionalidad, no hay que preocuparse ya que los pumpidazos resuelven esas minucias. Los reyes medievales fueron concediendo fueros conforme avanzaba la Reconquista, siento utilizar este término que tanto desagrada a algunos historiadores ignorantes que defienden a los invasores musulmanes. La concesión de un derecho singular para un territorio es algo muy característico de aquella época y nada más grato que privilegiar a aquellos que merecen ser privilegiados, porque Junqueras, Puigdemont y sus seguidores sufrieron una injusta represión de manos de un Estado opresor. En estos tiempos disparatados de mentiras y manipulaciones, como la Operación Cataluña o la policía política, que promueve la izquierda política y mediática, no hay nada más adecuado que elevar al BOE lo que es un deseo del sanchismo como es una inmunidad e impunidad absoluta para los enemigos de la Constitución.
Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)
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