Luis Alejandre

46 grados en Djibouti

Ayer, día de la Virgen del Carmen, recibieron la visita del Almirante Jefe de Estado Mayor de la Defensa. Es uno de los grupos españoles más reducido que tenemos por estos mundos: 2 oficiales de la Armada, un suboficial de la Guardia Civil, un subinspector de la Policía Nacional y otros cuatro civiles contratados, destinados en la misión EUCAP-NESTOR de la Unión Europea que tiene su sede en Djibouti, con oficinas de enlace en Seychelles, Nairobi y Dar Es Salam. Comparten misión con representantes de todos los países europeos más Noruega, al mando del diplomático francés Etienne de Poncins, que cuenta como adjunto al contralmirante retirado holandés Leon Bruin.

Djibouti, oficialmente República de Yibuti, se encuentra , como sabe el lector, situado estratégicamente en la entrada del Mar Rojo y del Golfo de Adén con fronteras con Eritrea, Etiopía y Somalia. Hasta 1977 fue «Territorio francés» de los Afars y los Issas. Su puerto y aeropuerto eran vitales para mantener sus capacidades militares en Indochina. Inmediato a su aeropuerto habían creado el Campamento General Lemonnier, hoy importante base norteamericana implantada en la estratégica zona desde 2008 en el marco de la operación «Libertad Duradera».

La misión europea, complementaria de la que desarrolla la Fuerza Naval de la Unión en la operación Atalanta contra la piratería marítima, consiste en ayudar a desarrollar capacidades para el desarrollo de la seguridad marítima de estos países –especialmente Somalia– fortaleciendo al propio Estado de Derecho, a su sistema judicial, a la Policía costera y en general al refuerzo de sus capacidades marítimas. «El Jefe de la Misión, dice el Artículo 14.5 de la Decisión 2012/389 del Consejo, mantendrá una estrecha coordinación con la EUNAVFOR Atalanta, la misión militar de la UE destinada a contribuir a la formación de las Fuerzas de seguridad somalíes, el Proyecto de Seguridad Marítima y el Programa sobre Rutas marítimas Estratégicas de la Union». Puro «paraguas» de la PCSD, la Política Común de Seguridad y Defensa de la UE.

Se lucha en el Océano Indico contra la piratería –por ahí andan otros marinos españoles a bordo del patrullero «Relámpago»– ; se la vigila desde el aire y también colaboran con un avión de patrulla marítima Orión P-3 nuestros hermanos del Ejército del Aire, mientras cerca de centros de decisión y formación se incentiva la consolidación de estructuras de seguridad de aquellos países, evitando que se conviertan en fallidos al no poder ejercer en su propio territorio las prerrogativas de un moderno Estado de Derecho. La misión se considera civil, en calidad de operación de gestión de crisis (Artº 4 de la Decisión 389), aunque la mayoría de sus componentes sean uniformados con experiencia.

El capitán de Fragata Carlos Álvarez- Maldonado está al frente de este pequeño grupo de españoles en calidad de senior planning officer. «Se lucha contra la piratería –me dice– bajo los tres puntos de vista legal, policial y marítimo». ¿Por qué también Seychelles? «Por dar carácter regional a la misión, por amplia geográficamente que sea».

«Vivo en Djibouti en un apartamento al norte de la ciudad. En la misión se trabaja en inglés aunque prácticamente todo el mundo domina dos o tres idiomas; predominan alemanes , italianos e ingleses ; en la ciudad se habla en francés. En principio debo permanecer aquí un año, hasta febrero de 2015». ¿Que cómo lo lleva la familia?: «Lo lleva». Los hombres de armas, y los marinos en esto suelen llevarse la peor parte, saben bien lo que representa vivir alejado de la familia y entienden lo difícil que es para sus miembros vivir alejados de uno de sus progenitores. «Nuestra vida cambió a partir del atentado suicida del pasado 24 de mayo, ocurrido en un conocido restaurante de la ciudad –«La Chaumiére»– en el que murieron cuatro personas y resultaron heridas otras quince, entre ellas tres miembros del destacamento Orion. Uno de ellos el sargento primero José María Copano, de carácter grave, fue evacuado a España tras un primer tratamiento en el hospital francés General Bouffard. Era la primera vez que ocurría un atentado semejante en Djibouti». No se descarta su relación con el ocurrido el sábado anterior,17 de mayo, en que otro grupo asaltó el Parlamento de Mogadiscio y en el que murieron los siete asaltantes suicidas y cuatro policías.

«Lo peor aquí –apostilla Álvarez-Maldonado– es el verano, donde las temperaturas rondan los 46 grados; en invierno bajan pero aparecen los mosquitos».

Nuestro recuerdo y homenaje a uno de los destacamentos más modestos en número de personas que andan perdidos por estos mundos de Dios: Marinos, Guardias Civiles, Policías Nacionales y Civiles sirven en tierra extraña en beneficio de nuestra seguridad. Sí. Aunque parezca extraño, trabajan por nuestra seguridad. Por supuesto el esfuerzo significa sacrificio y el sacrificio entraña riesgos. Lo saben. No lo olvidemos nosotros.