Política

Alfonso Merlos

Aislado y en bucle

Aislado y en bucle
Aislado y en buclelarazon

Paso a paso, fantochada a fantochada, ocurrencia a ocurrencia, chapuza a chapuza Artur Mas está a muy poquito de ser visto simplemente como un personaje cómico, digno de escasísima consideración cuando se debatan cuestiones serias, pero muy bien valorado cuando se discutan temas pintorescos, extravagantes, que no busquen sino el entretenimiento y la risa del respetable.

Se lo está ganando a pulso. Hay que reconocerlo. Debe de ser muy complicado hacer más el ridículo ante la flor y nata de la comunidad internacional; ser tan ninguneado; ser tratado como un paria, un gamberro con chaqueta y corbata entregado a dividir a las personas y llevarlas a la gresca y la trifulca. ¡En pleno siglo XXI! ¡En el corazón de una Europa que no ha hecho sino abrir espacios de cooperación y convivencia tirando una pared tras otra!

No es menester aplaudir la reacción que han tenido los líderes de las principales potencias europeas y mundiales a la carta de marras porque forma parte del mínimo común denominador de la diplomacia. Cuando hay un actor menor, desafiante, chulesco, embrutecido,que pretende saltarse las reglas del juego para hacer de su capa un sayo y cambiar mapas de la noche a la mañana, sólo caben dos respuestas: una, el vacío; dos, una puerta en las narices.

El desquiciado proyecto del separatismo catalán está ya en ese punto contra el que la mayoría absoluta conocíamos a ciencia cierta que se estrellaría: el aislamiento cuasi-completo, el discurso en bucle que apenas convence a quienes han consumido hasta la adicción la droga de la propaganda y la mentira secesionista. Y ya escribió Kierkegaard que hay dos maneras de dejarse engañar: una es creer lo que no es cierto; la otra, negarse a creer lo que es verdad.