Tensión

El PSOE, en vilo por su ley del proxenetismo: en manos del PP o de Sumar

El Congreso decidirá mañana si tramita la proposición socialista para perseguir el proxenetismo. Una ley que provoca fractura dentro de Sumar y que la pasada legislatura salió adelante por el apoyo del PP, que de momento, lo deja en el aire

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El portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi LópezEuropa Press

Tensión hasta la última hora. El PSOE abrió en marzo un frente de manera voluntaria en el seno del Gobierno de coalición y con el resto de socios parlamentarios, al registrar su proposición de ley para acabar con el proxenetismo en el mes de marzo. Esta misma medida ya provocó fuertes tensiones entre PSOE y Unidas Podemos en la Cámara Baja, y los socialistas salvaron la medida gracias al voto favorable del Partido Popular.

Mañana el Congreso deberá decidir si tramita la proposición dirigida a perseguir el proxenetismo en todas sus formas, o no. En esta ocasión, el escenario aboca a negociación hasta la última hora en el Congreso. El PSOE, ya con miras a la difícil entente con sus socios, se encomendó al diálogo con el PP para salvar su ley. Sin embargo, los populares, que esta misma tarde se han reunido para estudiar las iniciativas parlamentarias de esta semana, han decidido que consensuarán la posición sobre la citada norma mañana, in extremis. Ambos comparten, sin embargo, posición sobre la abolición de la prostitución, pero en esta ocasión el voto podría variar. Y es que el PP ya registró su propia ley de lucha integral contra la trata de personas para “acabar con cualquier tipo de proxenetismo en nuestro país”.

Por tanto, la ley socialista está ahora mismo en vilo ante la falta de apoyo general. Ni la oposición ni sus socios apoyarían en estos momentos su ley. ERC votará en contra, mientras que Bildu decidirá mañana su posición, aunque, de primeras, son bastante críticos. Fuentes de Bildu recuerdan que la pasada legislatura su voto fue abstención en aras de favorecer el debate sobre la toma en consideración de la ley que pretendía penalizar la tercería locativa. Sin embargo, lamentan, que el debate “ha quedado en el olvido y no se ha dado ningún paso. Junts ya enfrió hace dos meses su apoyo también.

Todas las miradas giran ahora mismo hacia Sumar y ante el riesgo de que pueda provocarse un nuevo choque en el Gobierno de coalición, cuando acaba de cumplir seis meses desde que echara a andar. La formación de Yolanda Díaz no desvela cuál será su sentido de voto final y este debate ya fue objeto de tensión cuando PSOE y Sumar negociaron el Gobierno de coalición. Los de Díaz se negaron a incluirlo dentro del acuerdo de coalición y los socialistas, finalmente, renunciaron a este extremo pero avisaron que llevarían la ley a debate al Congreso de los Diputados, al creer que allí contarían con el apoyo de los populares. Y es que dentro de Sumar hay distintas sensibilidades sobre este asunto. Los comunes, la marca catalana en la coalición, cuenta con una posición más próxima al regulacionismo, al defender que cualquier otra alternativa al abolicionismo acaba por perjudicar a las mujeres que ejercen de manera libre la prostitución. De hecho, cuando los socialistas anunciaron el registro de la ley, la portavoz de los comunes, Aína Vidal, acusó al PSOE de «dividir al feminismo» y criticó que se ahondase en una proposición que «divide» en lugar de «levantar banderas compartidas».

Fuentes del grupo parlamentario criticaron que los socialistas trataran de «hurgar» en la división interna en Sumar sobre la prostitución con el objetivo de desestabilizarles. Más Madrid y Compromís –socios dentro de Sumar– comparten la posición de los comunes, mientras que Izquierda Unida cuenta con una tradición abolicionista.

El grupo parlamentario, ante el propio choque en la coalición ante la posición que deben emitir hoy en el Pleno, creó un grupo de trabajo específico compuesto por mujeres para abordar el debate y buscar una posición común. Aseguran en el grupo parlamentario que la decisión tomada será conjunta, en todo caso, pero lo cierto que en la coalición de Díaz hay la vía abierta para dar libertad de votos a sus partidos, y aquí podría encajarse el voto en contra de los comunes.