Alfredo Menéndez
Arena Horribilis
Tal día como hoy pero de hace justo un año, Ana Botella era elegida alcaldesa de Madrid después de que su predecesor, el alcalde antes conocido como Gallardón, consiguiera salirse con la perra de convertirse en ministro. Cuando Botella tomó posesión aquel 27 de diciembre, seguro que podía imaginar un año duro en lo económico –a lo mejor no tanto como luego ha sido– con medidas impopulares, pago de la deuda, austeridad y recortes. Pero lo que no podía imaginar ni de lejos es que el verdadero «Annus Horribilis» se lo iba a dar el último bimestre de 2012, con el caso del Madrid Arena.
Cada vez que alguien se acerca al pabellón, como ocurrió este miércoles con el juez, la fiscal, o los abogados de las partes, surgen más novedades con las que no ganamos para sustos: estamos a punto de cumplir dos meses de la tragedia y seguimos con sorpresas de nuevos fallos en la seguridad, cámaras de vídeo de pega que no graban o enfermerías minimalistas –más bien pequeños cuchitriles– que apenas tienen una camilla y están más lejos de lo que se nos dijo en un principio.
Este año 2012, que está a punto de terminar será difícil de olvidar para Ana Botella: su primer año íntegro como alcaldesa, sus primeros presupuestos, su primer San Isidro, su primera Almudena, su primera cabalgata. Pero sobre todo su primer –y esperemos que último– Madrid Arena, con una fiesta de Halloween que no se tenía que haber celebrado nunca y cuyas responsabilidades están todavía por determinar. Año horrible sin duda desde el punto de vista político, pero más horrible aún para las familias que han perdido algo en la tragedia.
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